En mayo de 1981, cuando François Mitterrand fue elegido presidente de Francia, el optimismo lo impregnaba todo: un nuevo mundo se abría paso. Esos días los describe Colombe Schneck en La trilogía de París, una joya literaria que no debe pasarles desapercibida. Cuarenta años después el descontento es la norma y la extrema derecha de Marine Le Pen arrasará en las elecciones europeas, al son de los tambores de guerra en las fronteras de Europa.

El caso francés ilustra la encrucijada actual. El Estado de bienestar ha mutado en un malestar generalizado y la socialdemocracia, artífice del consenso social del siglo XX, está en horas bajas. La cuestión es cómo crear una promesa de prosperidad en el contexto bélico actual. La semana pasada, este diario avanzaba el borrador de la nueva orientación estratégica europea: más seguridad, menos clima. Es razonable que la autonomía estratégica sea urgente. Lo que no es razonable es que si se quiere una Europa fuerte no se aborden las razones del malestar interno: millones de personas no pueden pagar con sus sueldos vivienda y servicios básicos, lo que ha dado alas a ultras, populistas e iliberales. El diario Politico, de lectura obligada en Bruselas, lo resumía así: “¿Cómo frenar el auge de la extrema derecha? Construyan viviendas”.

Las elecciones europeas de junio serán cruciales. Como lo será que los socialistas tengan el protagonismo que han tenido desde el inicio del proceso de construcción europea y no queden relegados ante una entente entre populares europeos y extrema derecha. Viendo los ejes de la agenda estratégica, será indispensable que el Parlamento Europeo apremie a los Veintisiete a hacer del acceso a la vivienda un derecho básico y a mantener la lucha contra el cambio climático como prioridad. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ante la demanda de las Abuelas por el Clima, lo ha dejado claro: la acción climática es necesaria para preservar la vida. De la gente mayor, de sus nietos, de nuestros hijos.

Entre tanto se abre paso la candidatura de Teresa Ribera en las europeas de junio. Será recibida con los brazos abiertos en el Quartier Européen de Bruselas. El éxito de la UE en la COP28 se debió a su liderazgo. Aún lo recuerdan.

QOSHE - Estado del malestar - Mar Jiménez
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Estado del malestar

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18.04.2024

En mayo de 1981, cuando François Mitterrand fue elegido presidente de Francia, el optimismo lo impregnaba todo: un nuevo mundo se abría paso. Esos días los describe Colombe Schneck en La trilogía de París, una joya literaria que no debe pasarles desapercibida. Cuarenta años después el descontento es la norma y la extrema derecha de Marine Le Pen arrasará en las elecciones europeas, al son de los tambores de guerra en las fronteras de Europa.

El caso francés ilustra la encrucijada actual. El Estado de bienestar ha mutado en un malestar........

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