Peligrosos. Quienes deciden hacerse deportistas de riesgo ya de mayores son eso, un enorme peligro. Y demasiadas veces un gasto añadido para la sanidad pública y para los grupos especializados de rescate que, de repente, parece que solo trabajan para ellos. Son los que, llevados por su tardía lozanía y casi siempre coincidiendo con esas crisis vitales que azotan hacia los 40 (pero pueden llegar mucho más pronto o más tarde), de golpe y porrazo se atreven con las montañas más altas. Y las afrontan sin consultar previsiones y ¡hala! con cualquier zapatilla. ¿Qué más dará un calzado u otro?

Son legión a los que les da por pedalear (a diez por hora cuesta arriba y a toda pastilla e invadiendo porque quieren y porque pueden el carril contrario en las bajadas) por las carreteras más estrechas y ribeteadas de curvas y barrancos, donde solo faltaban ellos y su grupal entusiasmo adrenalínico. Y existe igualmente un imparable boom de maratonianos, corredores entregados que lamentan que nadie antes hubiera vislumbrado su talento innegable. Ellos entienden al menos que cuarenta y tantos kilómetros son muchos para zampárselos de golpe. Y van poco a poco. Entrenándose con tiento. Lo malo es que demasiadas veces olvidan la necesidad de un buen chequeo médico y que, a su edad, no estaría de más incluir en la revisión un ecocardio.

El peligro de esos supermanes entrados en años se extiende sobre las nieves (esos esquiadores cansinos que apenas dominan la cuña pero sienten que solo les vale el fuera pista) o en mar abierto, donde muchos intentan emular a Diana Nyad (a los 64 años braceó 53 horas entre Cuba y Florida) aunque su experiencia deportiva se resuma al certificado de los 25 metros crol que todos los boomers obtuvimos en el cole. Y como son tan valientes, puede que vayan solos y sin boya, ¿y por qué no? ¡en biquini!, sin tener ni idea de lo que es un kilojulio, de cómo deshacerse de las corrientes o de qué medusas pueden ser rabiosas o hasta mortales.

¿Opciones más recogidas? Boxeo. Bootcamp. Yoga acrobático. Esgrima. O trincharse la pierna como Zuckerberg para demostrar que eres la revelación del MMA a los 39 años. ¿Qué tal un poco de sentido común y dejar la adrenalina para los videojuegos?

QOSHE - El peligro del deportista tardío - Margarita Puig
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El peligro del deportista tardío

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11.11.2023

Peligrosos. Quienes deciden hacerse deportistas de riesgo ya de mayores son eso, un enorme peligro. Y demasiadas veces un gasto añadido para la sanidad pública y para los grupos especializados de rescate que, de repente, parece que solo trabajan para ellos. Son los que, llevados por su tardía lozanía y casi siempre coincidiendo con esas crisis vitales que azotan hacia los 40 (pero pueden llegar mucho más pronto o más tarde), de golpe y porrazo se atreven con las montañas más altas. Y las afrontan sin consultar previsiones y ¡hala! con cualquier zapatilla.........

© La Vanguardia


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