Es triste pedir pero más triste es hacer crowdfunding. Así se presenta Putos Modernos (mejor lo dejamos en P.M.), la agencia de marketing directo que busca romperlo todo para vender ideas o productos que, según reza en su tarjeta de visita (online), elabora para sobrevivir a la vida moderna. Entre el chiste de Eugenio y las típicas frases navideñas de cuñadeo, divierte con posts como “hay un carril para circular, otro para adelantar, un tercero para gente con prisa y el de la izquierda para ver pasar la masculinidad frágil” o “está la gente tóxica, la muy tóxica y la que lleva pescado a la oficina”. Pero gana “el mundo necesita una marca que no quiera salvar el mundo”. Más ahora, ante esa pesadísima tromba de buenos propósitos que nos regala diciembre.

Todo divertido. Todo bien. Pero echo de menos las recomendaciones de los P.M. (han triunfado igualmente en Filmin con sus triatletas cuarentones que suben al gym en ascensor y las influencers que pierden la cobertura y la educación en sus retiros rurales), cada vez que llega el día de la Constitución. O, lo que es lo mismo, cada vez que llega mi cumpleaños. No me atrevería a analizar lo que la Constitución ha supuesto para nosotros, los masivos boomers, durante estos 45 años y tres días de historia que la visten, pero sí como ha teñido mi vida (iniciada 11 años antes de su aprobación). Porque han sido 45 cumpleaños olvidados. 45 años de fiestas y puentes para todos. 45 años de constitucional ninguneo. De cambiar el achuchón cercano, las lionesas con nata y el chúpate la nariz por los capitales besos televisados y los discursos patrióticos. Han sido 45 años de, ¡ostras! ¡Se me pasó! ¡Estaba esquiando!

Ya me da igual. Me gustaría decir que no me importa, porque al fin soy una P. M.(“la modernidad es correr estresado a clase de mindfulness , buscar vuelos baratos desde un móvil muy caro, combinar plumón y tobillos al aire. La modernidad eres tú. Soy yo. Somos todxs. Y quien esté libre de culpa que tire el primer gintonic”), pero sé que no es así. Uso calcetines y aunque los he servido, no he pedido un gintonic en la vida. Lo bueno es que he aprendido que habría sido peor cumplir en Navidad, Fin de Año o Reyes, fiestas que nos han cuadrado a (casi) todos siempre y desde (casi) siempre.

QOSHE - La Constitución del moderneo - Margarita Puig
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La Constitución del moderneo

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09.12.2023

Es triste pedir pero más triste es hacer crowdfunding. Así se presenta Putos Modernos (mejor lo dejamos en P.M.), la agencia de marketing directo que busca romperlo todo para vender ideas o productos que, según reza en su tarjeta de visita (online), elabora para sobrevivir a la vida moderna. Entre el chiste de Eugenio y las típicas frases navideñas de cuñadeo, divierte con posts como “hay un carril para circular, otro para adelantar, un tercero para gente con prisa y el de la izquierda para ver pasar la masculinidad frágil” o “está la gente tóxica,........

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