A saber cuánto le va a costar al feminismo del Partido Socialista volver a trabajar por la abolición de la prostitución y de los vientres de alquiler. Era necesario deshacerse de Irene Montero al frente de la cartera de Igualdad para retomar las políticas igualitarias que ella ha relegado en favor de las categorías de diversidad e identidad. Aunque no parece que la nueva ministra Ana Redondo vaya a poder salir de esas trampas conceptuales que frenan la agenda feminista. Le espera el pacto de Estado LGTBI+, que es la manera de obligar a todo un país a comulgar, en lo político, con algo del espacio simbólico como es el credo queer y el transgenerismo.

Ana Redondo, nueva ministra de Igualdad

El único ámbito que le queda libre a Redondo es el de la violencia machista. Pero antes debería reconocer que “¡Viva la furia trans!”, la proclama con la que Montero hizo el traspaso de cartera como pollo sin cabeza, es una llamada a la violencia hacia las mujeres, una arenga a quienes, alegando sentirse mujer, han intimidado, violentado y roto pancartas de feministas con la fuerza de un macho.

Nadie olvida a Montero animando entre risas a tirar ladrillos y tildar de terf a quienes señalaban la incoherencia de perseguir la igualdad obligando a incluir a trans en el deporte femenino de competición. Ni tampoco se olvidan las impunes amenazas de incendio que recibieron librerías que osaban presentaban ensayos sobre los mandamientos queer y sobre cómo exceden la razón al pretender que “lo que determina el sexo no es la ciencia sino mis creencias sobre el género”, como analiza la filósofa Alicia Miyares en Distopías patriarcales y en Delirio y misoginia trans.

Al nuevo Gobierno español de coalición progresista le convendría, en fin, recordar que no hay nada más retrógrado que un burdel o una granja de gestantes. El negocio del uso y abuso del cuerpo de las mujeres es una pesadilla poco progresista. Lo explica Andy Summers, el guitarrista de los míticos The Police, al recordar “las largas colas de hombres frente a los burdeles de Pigalle” que le inspiraron a Sting la famosa Roxanne (1978). “Era algo increíble, pero en aquel tiempo era así..., y ahí estaban las chicas...”, dice consternado el rockero. Y ahí siguen, gracias a tanto falso progresismo y tanta posmodernidad.

QOSHE - Cola en el burdel de Roxanne - Maricel Chavarría
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Cola en el burdel de Roxanne

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23.11.2023

A saber cuánto le va a costar al feminismo del Partido Socialista volver a trabajar por la abolición de la prostitución y de los vientres de alquiler. Era necesario deshacerse de Irene Montero al frente de la cartera de Igualdad para retomar las políticas igualitarias que ella ha relegado en favor de las categorías de diversidad e identidad. Aunque no parece que la nueva ministra Ana Redondo vaya a poder salir de esas trampas conceptuales que frenan la agenda feminista. Le espera el pacto de Estado LGTBI , que es la manera de obligar a todo un país a comulgar, en lo político, con algo del........

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