Puede haber promesas delirantes, pero no promesas imposibles. Nos lo pueden parecer, o el paso del tiempo y las adversidades las pueden transformar. Pero una promesa siempre establece algún tipo de pacto basado en la convicción y en el deseo de que sea posible”. La cita es del último libro de la filósofa Marina Garcés, El tiempo de la promesa (Anagrama), y contiene algunas de los conceptos que vienen a la mente cuando se escucha un discurso como el que ofreció ayer Javier Milei en su estreno presidencial. Las ideas de delirio, deseo, pacto y promesa, no necesariamente por este orden, sobrevolaron una intervención que no puede dejar indiferente. Aunque Milei no sea el primer populista extremo que toma el poder en los últimos años, su discurso es de los más disruptivos. De ahí la expectación que ha generado su laboratorio de ultraliberalismo desacomplejado, por mucho que su minoría parlamentaria vaya a reducir su margen de maniobra.

De los mencionados por Garcés, quizás el concepto que mejor explica la elección de Milei –o la compra de sus promesas por el electorado– sea el de pacto. Su llegada al poder pudo deberse a un consenso tácito entre argentinos de diferentes ideologías sobre la necesidad de aparcar la sensatez y dar credibilidad a unas promesas que eran en su conjunto delirantes, pero que se sustentaban en el deseo compartido de que fueran posibles, frente a los prometimientos ya caducados del continuista Massa. El presidente se estrenó ayer prometiendo nada menos que la reconstrucción de Argentina. Eso sí, curándose en salud no ocultó –como si hizo durante la campaña– que para que sus reformas triunfen habrá que aplicar antes durísimos ajustes que traerán más pobreza y más indigentes. El país que recibe de los peronistas, enfatizó, está “sin plata”.

En su Galería de celebridades argentinas (Libros del Zorzal), la novelista Pola Oloixarac apunta que Milei no es un conservador que promete orden, sino “un abanderado del caos” que en un momento de su vida necesitaba atención médica y recibió “atención mediática”. Desde luego, todos los focos están ahora puestos sobre él. En muy poco tiempo se verá si es capaz de preservar ese consenso o si su efecto se diluye como el de tantos populistas. Y, sobre todo, quién acabará pagando el experimento.

QOSHE - ¿De verdad, Milei? - Miquel Molina
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¿De verdad, Milei?

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11.12.2023

Puede haber promesas delirantes, pero no promesas imposibles. Nos lo pueden parecer, o el paso del tiempo y las adversidades las pueden transformar. Pero una promesa siempre establece algún tipo de pacto basado en la convicción y en el deseo de que sea posible”. La cita es del último libro de la filósofa Marina Garcés, El tiempo de la promesa (Anagrama), y contiene algunas de los conceptos que vienen a la mente cuando se escucha un discurso como el que ofreció ayer Javier Milei en su estreno presidencial. Las ideas de delirio, deseo, pacto y promesa, no necesariamente por........

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