Desde que el Museu de l’Almodí de Xàtiva colgó un retrato de Felipe V boca abajo, colocar las caras de los gerifaltes al revés se ha convertido en una forma de mostrar rechazo. El cuadro lo colgaron boca abajo porque, en su posición primigenia, había presidido el salón de plenos del Cabildo Municipal de la Colonia Nueva de San Felipe, nombre con el que rebautizaron Xàtiva después de que en 1707 Su Majestad ordenara incendiar la ciudad y borrar incluso su nombre. La idea de colgarlo boca abajo fue del juez y escritor Carles Sarthou, director del museo a mediados del siglo pasado, que dijo que seguiría en esa posición hasta que algún miembro de la familia real se disculpara por la atrocidad de su predecesor. Como es público y notorio, ningún Borbón se ha disculpado y el cuadro sigue boca abajo.

La costumbre ha cuajado. Estos días, después de que Abascal hiciera una alusión mussoliniana y dijera que un día el pueblo colgará de los pies a Pedro Sánchez, en muchas librerías donde se vende el último libro del presidente español, Tierra firme, algunos voxistas se acercan a los expositores y giran el libro para que la cara de Sánchez quede invertida.

Tanto ha arraigado la costumbre de origen jativés que el martes me sorprendió saber, gracias a La mirilla, un detalle de la sala de juntas del Palau de la Música. La galería de retratos de los presidentes de la entidad está completa y ordenada; solo con una carencia: el retrato de Fèlix Millet. Está el marco pero la foto, no. Según explica el redactor, después de que se descubriera el expolio milletiano, harta de que cada vez que había reunión alguien girara el cuadro de cara a la pared, la presidenta decidió retirarla y mantener solo el marco, vacío. Es una solución elegante. Ponerlo boca abajo habría dado demasiada importancia a aquel señor que los últimos tiempos explicaba a todo Dios que iba muy medicado.

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Colocación de los retratos

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21.12.2023

Desde que el Museu de l’Almodí de Xàtiva colgó un retrato de Felipe V boca abajo, colocar las caras de los gerifaltes al revés se ha convertido en una forma de mostrar rechazo. El cuadro lo colgaron boca abajo porque, en su posición primigenia, había presidido el salón de plenos del Cabildo Municipal de la Colonia Nueva de San Felipe, nombre con el que rebautizaron Xàtiva después de que en 1707 Su Majestad ordenara incendiar la ciudad y borrar incluso su nombre. La idea........

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