Javier Milei y Geert Wilders son los enésimos, pero no los últimos. El futuro presidente argentino y el vencedor holandés se suman a la lista de ultraderechistas de matriz populista que, a través de los votos, llegan a las instituciones con el objetivo de destruirlas.

Geert Wilders la noche electoral

Este oxímoron es un fenómeno político que extiende sus tentáculos desde Latinoamérica hasta Europa, aunque sus raíces son norteamericanas. Trump, Bolsonaro, Milei, Orbán, Meloni o el Brexit son hijos de la ira popular de una clase media harta de luchar para salir del pozo. Ante el fracaso de las recetas de la derecha liberal o de una socialdemocracia aburguesada, los electores optan por fórmulas magistrales, el ungüento de la serpiente que tanto sirve para curar una inflación desbocada como para castigar la corrupción. Es clave que la pócima la aplique un druida armado con motosierra, cuernos o megáfono, con la cara dura suficiente para que, entre insultos, mentiras e injurias, prometa el edén, acabar con la casta y la salvación de la patria. Todo de golpe y a un precio de derribo.

Lo que el alquimista no explica es que esta oferta irresistible esconde entre la letra pequeña una lista de efectos secundarios como cargarse la democracia, recortar la libertad o aniquilar los derechos sociales. La marabunta de la internacional descerebrada ruge cuando suma un nuevo cromo a su colección, sobre todo cuando es un triunfo como el de Argentina, y saliva esperando que dentro de un año Trump, el gran gurú de color zanahoria, vuelva a sentarse en el trono del hombre más poderoso del planeta. Porque aquí es donde radica el riesgo global. Que un indigente intelectual carente de ética y principios maneje el timón de un mundo afectado por las peores convulsiones registradas en décadas.

Ante tamaña amenaza la alternativa demócrata debería reflexionar si su candidato, Joe Biden, hundido en las encuestas e incapaz de plantear una oferta mejor, es la única opción ante el malo conocido. Y de pasada, harían bien las izquierdas y derechas tradicionales en preguntarse por qué millones de votos de ciudadanos sensatos vuelan a manos de fascistas hiperbólicos. Y si no es mucho pedir, que obtengan la respuesta antes de que los descerebrados nos despeñen detrás de sus locuras.

QOSHE - La internacional descerebrada - Ramon Rovira
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La internacional descerebrada

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26.11.2023

Javier Milei y Geert Wilders son los enésimos, pero no los últimos. El futuro presidente argentino y el vencedor holandés se suman a la lista de ultraderechistas de matriz populista que, a través de los votos, llegan a las instituciones con el objetivo de destruirlas.

Geert Wilders la noche electoral

Este oxímoron es un fenómeno político que extiende sus tentáculos desde Latinoamérica hasta Europa, aunque sus raíces son norteamericanas. Trump, Bolsonaro, Milei, Orbán, Meloni o el Brexit son hijos de la ira popular de una clase media harta de luchar para........

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