Es gráfico el grito de guerra de Ridley Scott contra las feroces críticas a su Napoleón: “¡Que se jodan!”. Hay en esas tres palabras una forma entera de intentar ganar con insultos lo que se va perdiendo en las salas de cine. Y mira que lo lamento por el hombre que dirigió la obra maestra Los duelistas, pero su nueva película sobre el pequeño gran emperador no solo decepciona. Peor, es que aburre hasta a las ovejas.

De acuerdo que Napoleón no es una lección de historia y que este tipo de relatos de la gran pantalla se deben a la creatividad, la ambientación, la fotografía y el vestuario. Diez cámaras rodando a la vez... El problema no son ni tan siquiera esas libertades cinematográficas, sino que Scott ha tratado de desmitificar a un personaje poliédrico como Napoleón Bonaparte y casi reinventarlo como un sieso, suertudo y sin carisma. La antiépica.

Una esperaba a Joaquin Phoenix y su interpretación. Es un buen actor, estuvo bien en Gladiator, aunque aquí firma uno de sus peores papeles, histriónico. Más parece un joker que uno de los estrategas de la historia.

¿El resultado en conjunto? Un tostón con una asombrosa ausencia de rigor histórico, político y militar. Para muestra, botones: las pirámides se resuelven con dos cañonazos; Austerlitz en la nieve y con muertes masivas en el lago helado; Waterloo es la batalla del Somme; la campaña de Rusia se resume en una emboscada de cosacos, 30 segundos de retirada y la abdicación que le conduce a Elba.

Ah, de lo que sí hay mucho (y en exceso) es de frunge con Josefina, pero sexo del cutre.

Más allá de los patinazos históricos o de la simplificación de los pasajes de batallas, Napoleón tampoco entretiene. Qué lástima. Se articula en una sucesión de escenas sin que nada quede claro, ni el porqué, ni el cómo. ¿Qué lleva a Napoleón a ser Napoleón? Incluso la política aparece como fútil, irrelevante. Y al final las victorias o derrotas te dan igual.

Se dice que lo que ha llegado al cine es un boceto del proyecto de Scott, recortado por razones comerciales. Difícilmente una mala película se arregla echándole más minutos al metraje. Si dos horas largas se hacen eternas, imagínense cinco. Inaguantable.

QOSHE - Este ‘Napoleón’ no hará historia - Susana Quadrado
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Este ‘Napoleón’ no hará historia

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30.11.2023

Es gráfico el grito de guerra de Ridley Scott contra las feroces críticas a su Napoleón: “¡Que se jodan!”. Hay en esas tres palabras una forma entera de intentar ganar con insultos lo que se va perdiendo en las salas de cine. Y mira que lo lamento por el hombre que dirigió la obra maestra Los duelistas, pero su nueva película sobre el pequeño gran emperador no solo decepciona. Peor, es que aburre hasta a las ovejas.

De acuerdo que Napoleón no es una lección de historia y que este tipo de relatos de la gran pantalla se deben a la........

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