Me llamo Ana, tengo 49 años y vivo en Gijón. Llevo días queriendo presentar este escrito, pero no pude porque mis problemas de salud deciden no dar tregua y son malos días en la que solo puedo estar acostada.

Recibí el artículo publicado en medios de comunicación esta semana pasada, sobre los datos aportados por el Hospital de Cabueñes y el Hospital de Hove de las operaciones pendientes y las cifras entre 91 y 95 días del tiempo de espera para ser operado. Les cuento brevemente. Estoy de baja en la empresa desde octubre 2022.

Después de años con pruebas médicas, se me ha diagnosticado una Discopatía L4-S1 tras una artritis séptica por lo que me tienen que operar de una Artrodesis vertebral, una cirugía para fusionar de manera permanente dos o más huesos en la columna vertebral y conseguir una calidad de vida, al menos mejorar esos dolores crónicos que me acompañan en los últimos años y que me impide realizar la mayoría de los movimientos cotidianos, desde pasear, estar de pie, coger pesos, hacer la cama, limpiar, conducir, viajar…

Estoy en lista de espera del Hospital Cabueñes en prioridad preferente, con fecha 6 de febrero del 2023, con lo que ya sumo más de 400 días esperando para operarme. Solicito reclamaciones al hospital y siempre obtengo la misma respuesta: mucha gente en cola, y a seguir esperando, con todo lo que trae consigo. Imposibilidad de trabajar, empeoramiento muscular porque todo es una cadena, apenas me puedo mover, y cualquier esfuerzo implica que la medicación tiene que aumentar, lo que me debilita física y psíquicamente.

Trabajaba en su supermercado desde hacía años con contrato fijo, y claro, llevo desde 2022 sin trabajar. Acabo de firmar la baja laboral, hasta que el Tribunal Médico dictamine que puedo volver a trabajar o tramitar una incapacidad. Rabia, frustración, impotencia, ira, miedo, describen mi vida en estos tres últimos años. Tengo 49 años y quiero trabajar, no depender de mi familia para todo, porque hay días que no puedo comprar ni el pan, tender una lavadora, como pasó ayer cuando me da una crisis muy fuerte.

Estar en esta disyuntiva de no estar bien físicamente, perder mi trabajo, mis ingresos, no estar amparada y apoyada por las instituciones supone un desgaste mental y psíquico, que estoy emocionalmente agotada y cuesta mucho lidiar un panorama así.

QOSHE - La amarga queja tras 400 días esperando para operarse: «Rabia, frustración, impotencia, ira y miedo describen mi vida» - Ana Isabel González Varela

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