En la transmisión de conocimientos de generación a generación no siempre se consigue mantener viva la memoria de hechos y acontecimientos importantes. Por ejemplo, ya hay una generación que no vivió o que no recuerda el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid (y el del 17 de agosto de 2017 en Barcelona, pese a ser mas reciente, está mi juicio totalmente olvidado por el común de los mortales). Es un problema muy habitual desconocer el pasado. Ese error, del que debemos hacernos responsables todas y todos, debe subsanarse, preferentemente, a través del sistema educativo con el fin de evitar que en el futuro se repita la misma historia. Algo que me llamó poderosamente la atención cuando visité el campo de concentración de Dachau, a pocos kilómetros de Munich (ciudad alemana en la que viví diecinueve meses) fue coincidir allí con grupos de niñas y niños de entre ocho y diez años. En España no he visto jamás una visita de un centro escolar a una fosa común (como la que hay en el cementerio de El Salvador de Oviedo/Uviéu, con 1.384 personas que allí fueron fusiladas [el compañero José Ramón Fernández Castro, ex diputado regional del PSOE y ahora al mando de la ‘Asociación Memorialista Asturias’, ha realizado una rigurosa e imprescindible tarea, un arduo trabajo de investigación que tuve el placer de conocer en la presentación del libro que tuvo lugar en El Entrego/L’Entregu]), por lo que carecemos de muchos relatos ciertos que contradigan y eliminen otros mensajes manipulados o malintencionados. Cuando nacemos (y mientras nuestras familias nos tutelan) somos como esponjas y no cuestionamos lo que nos insertan (un modo de vida, una lengua, etcétera). A medida que pasa el tiempo vamos tomamos decisiones: ¿debo mantener la misma tradición adquirida o mi función es la de cambiar los hábitos para adaptarlos a los tiempos? Dependiendo del caso y del tema, y tras una profunda reflexión, se toma una dirección.

El problema que yo veo es que cuando no recibes esa información y esos conocimientos previos te es más difícil que asumas su importancia. Yo lamento mucho que en este ciclo vital toque una regresión social. La población más joven es hoy, en líneas generales, más conservadora que sus madres y padres. Lo están advirtiendo las encuestas (crece el negacionismo contra la violencia de género tildándolo de "invento ideológico") y lo demuestran las tendencias más seguidas por ese nicho de población (con éxito de programas como ‘La Isla de las Tentaciones’, que han conseguido enganchar a un público que ya no consumía programas de televisión con estereotipos y roles que parecían ya excluidos en las nuevas generaciones).

Esos comportamientos explican en buena medida el retroceso en derechos y libertades con el ascenso de la ultraderecha en las elecciones (Portugal, hasta el pasado domingo, era el único país europeo sin representación parlamentaria por parte de este tipo de partidos), porque ante una memoria frágil lo rebelde y lo diferente se aprecia más en figuras populistas de la línea de Vox. No en todos los comicios hay el mismo patrón (lo hemos visto el 18 de febrero en Galicia y confío en que el 21 de abril en Euskadi y el 12 de mayo en Catalunya así sea también), pero sí que nos podría pasar que el 7 de junio, tras las elecciones europeas, los partidos hermanos del PP y de Vox se junten y marquen el porvenir comunitario.

Estoy en Huesca (en lengua aragonesa, Uesca) asistiendo al vigésimo quinto aniversario del Congreso de Periodismo que organiza el Colegio de Periodistas de Aragón e inevitablemente se me han venido muchos recuerdos de mi etapa universitaria cuando se hablaba de que con la llegada de la TDT iba a producirse una revolución en el campo audiovisual. El paso del tiempo ha demostrado que muchas expectativas quedaron en agua de borrajas, sobre todo en materia de empleo para periodistas y en pluralidad de contenidos informativos y de entretenimiento para la ciudadanía en general. Al final hay tres grandes grupos (RTVE, Atresmedia y Mediaset) que se quedaron con todo. Como la memoria es frágil, ya nadie recuerda todas estas pretensiones que se quedaron sin hacer y por las que ya nadie reclama. Ahora empieza un nuevo reto incierto para la profesión con la inteligencia artificial, que al igual que ha pasado con internet (páginas webs y redes sociales, fundamentalmente) ha obligado a ponerse las pilas para que la transformación sea lo más adaptable posible a las actuales redacciones. Esperemos que la profesión siga teniendo futuro y que haya personas dispuestas a honrarla con mucha vocación y profesionalidad.

QOSHE - Memoria frágil - Diego Valiño
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Memoria frágil

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15.03.2024

En la transmisión de conocimientos de generación a generación no siempre se consigue mantener viva la memoria de hechos y acontecimientos importantes. Por ejemplo, ya hay una generación que no vivió o que no recuerda el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid (y el del 17 de agosto de 2017 en Barcelona, pese a ser mas reciente, está mi juicio totalmente olvidado por el común de los mortales). Es un problema muy habitual desconocer el pasado. Ese error, del que debemos hacernos responsables todas y todos, debe subsanarse, preferentemente, a través del sistema educativo con el fin de evitar que en el futuro se repita la misma historia. Algo que me llamó poderosamente la atención cuando visité el campo de concentración de Dachau, a pocos kilómetros de Munich (ciudad alemana en la que viví diecinueve meses) fue coincidir allí con grupos de niñas y niños de entre ocho y diez años. En España no he visto jamás una visita de un centro escolar a una fosa común (como la que hay en el cementerio de El Salvador de Oviedo/Uviéu, con 1.384 personas que allí fueron fusiladas [el compañero José Ramón Fernández Castro, ex diputado regional del........

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