Hay una película preciosa titulada «Entrelobos» de Gerardo Olivares y protagonizada por José Ballesta donde se narra la vida de Marcos Rodríguez Pantoja y su relación estrecha y fraternal con los lobos. También es siempre buena ocasión para consultar la hemeroteca y revisar los programas de Rodríguez de La Fuente, el naturalista que también fue conocido como «el amigo de los lobos».

Con la revisión de esta documentación audiovisual seguro que nadie cambiará su opinión sobre los lobos, seguirán donde están quienes defienden su protección y se mantendrán inmóviles aquellos que denuncian los daños que causan. Lo que sería deseable es que cada postura que se defienda esté asentada en argumentos y no solo en sentimientos.

El lobo, para bien o para mal, está asentado en mitos y leyendas. Leyenda es que una loba amamantase a Rómulo y Remo, fundadores de Roma; como cuento es el de «Pedrín el mentiroso» que repetía cada día la señal de alarma «Que viene el lobo»; mito, o tal vez realidad es decir que el lobo es un perro asilvestrado o que el perro (el mejor amigo del hombre) es un lobo domesticado.

Lo que sí es cierto es que existe un conflicto, que no surge ahora, que se ha agrandado en los últimos tiempos. Está, por un lado, la parte oficial, que defiende el Estado Español y Europa, por la que se considera al lobo especie en peligro y es incluido en el LESPRE, con la consabida repercusión, y por otro está un sector ganadero a quien el lobo daña periódicamente sus rebaños. Y luego está la mayoría de ciudadanos a los que no les preocupa nada esta situación, ni saben ni contestan.

El gobierno de España está en la obligación de proteger cualquier especie animal, al lobo igual que a las libélulas, pero se equivoca al establecer una norma a nivel estatal cuando la población de lobo está circunscrita a un espacio muy concreto. Nada de extrañar, siendo que el Secretario de Estado, el asturiano Hugo Morán, tiene la extraña virtud de que cuando lanza alguna opinión no hace más que empeorar cualquier situación anterior. Y el gobierno asturiano vive en la indefinición, dice apoyar a los ganaderos, pero solo de palabra, pone matices, pero está de acuerdo con el gobierno nacional.

Los ganaderos hacen bien en defender su modo de vida, pero se equivocan al pensar que sin el lobo se solucionará algo, el problema grave es que la ganadería extensiva está en franca desventaja con la intensiva si no se le apoya de verdad, esa ha de ser la exigencia primera y principal y los gobiernos han de primarla porque esa ganadería extensiva es de gran valor, económico, social y ecológico.

Unir la particular problemática del lobo en Asturias con las reivindicaciones plurales de ganaderos y agricultores no es más que diluir una problemática que se ha de solucionar con el dialogo sosegado y bajo parámetros técnicos.

El lobo es un problema, pero no es el problema.

QOSHE - El lobo en su sitio - Juan Miguel Fernández
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El lobo en su sitio

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10.04.2024

Hay una película preciosa titulada «Entrelobos» de Gerardo Olivares y protagonizada por José Ballesta donde se narra la vida de Marcos Rodríguez Pantoja y su relación estrecha y fraternal con los lobos. También es siempre buena ocasión para consultar la hemeroteca y revisar los programas de Rodríguez de La Fuente, el naturalista que también fue conocido como «el amigo de los lobos».

Con la revisión de esta documentación audiovisual seguro que nadie cambiará su opinión sobre los lobos, seguirán donde están quienes defienden su protección y se mantendrán inmóviles aquellos que denuncian los daños que causan. Lo que sería deseable es que cada postura que se defienda esté asentada en argumentos........

© La Voz de Asturias


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