El tiempo va dando la razón a los que ponían en duda que Junts era la muleta y Sánchez el que se apoyaba en ella. Estos, los más críticos, tenían claro que el equilibrio de fuerza era justo el contrario. La muleta iba a ser Sánchez, aunque sea el inquilino de Moncloa. El susto que le dio Nogueras con su discurso en la investidura no fue un amago. Las no votaciones de los decretos les han salido muy caras a la coalición de Gobierno formada por el PSOE y Sumar y sostenida por una suma de partidos en el Congreso como nunca se había visto.

El presidente Sánchez ha dicho que sudará la camiseta hasta la última gota. Que no ahorrará esfuerzos en dialogar y en hacerse comprender. Es una misión didáctica casi imposible incluso para un campeón de la resistencia como él. En el laboratorio de Presidencia están convencidos de que hasta la amnistía pasará. Más difícil serán las imágenes de un regreso de Puigdemont, si es que llegamos tan lejos. Manejan estudios en los que se dice que el golpe al PSOE por cambiar de opinión en lo referente a la amnistía de los fugados ya se está atenuando de cara a un nuevo paso por las urnas. Veremos. Estos fontaneros del poder repiten que así sucedió con los indultos a Junqueras y sus compañeros. A nadie se le escapa que media un abismo entre haber sido juzgados y haber pasado por prisión a volver a España como si no se hubiese cometido ningún delito. Es la misma tensión que se vive entre los simpatizantes de Esquerra y los de Junts. En Esquerra hay quien piensa que una vez más Puigdemont rentabiliza mejor sus escaños que los de Rufián y compañía. No les falta razón.

Mañana viviremos otra reunión para engrasar la relación entre los socialistas y los de Junts. Será en el Congreso. Santos Cerdán tendrá que volver a poner la cara para rebajar la tensión que se ha vivido por unas declaraciones de Sánchez en las que se alejaba un horizonte de referendo, más allá del mundo feliz de la ley de amnistía. Junts contestó por boca de Turull con una frase que quedará: «Si niega un referendo, colorín colorado». No se puede decir de forma más expresiva.

Sánchez insiste, frente a estas amenazas, que él no romperá la unidad de España, ni siquiera con las concesiones en inmigración. Es difícil saber qué y cuánto se ha negociado por detrás. El presidente socialista tiene de su lado que el diálogo en política es un concepto lógico y positivo. Dice que seguirá hasta el final porque su compromiso en esta legislatura con los españoles es ofrecerles «derechos, empleo y convivencia». No es tan bonito como trata de resumirlo. Dialogar es positivo hasta que lo entregas todo. Incluso lo que no puedes por mandato de la Constitución. La única carta con la que cuenta el PSOE es que Junts puede tensar la cuerda al máximo pero sin llegar nunca a romperla. Se ha visto en la investidura y con los decretos. Junts y Puigdemont, que se fugó en el maletero de un coche, saben que ir a elecciones no les conviene. Su fuerza viene de sostener al límite a un Sánchez débil. Y así seguiremos.

QOSHE - Junts nunca romperá la cuerda - César Casal
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Junts nunca romperá la cuerda

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16.01.2024

El tiempo va dando la razón a los que ponían en duda que Junts era la muleta y Sánchez el que se apoyaba en ella. Estos, los más críticos, tenían claro que el equilibrio de fuerza era justo el contrario. La muleta iba a ser Sánchez, aunque sea el inquilino de Moncloa. El susto que le dio Nogueras con su discurso en la investidura no fue un amago. Las no votaciones de los decretos les han salido muy caras a la coalición de Gobierno formada por el PSOE y Sumar y sostenida por una suma de partidos en el Congreso como nunca se había visto.

El presidente Sánchez ha dicho que sudará la camiseta hasta la última gota. Que no ahorrará esfuerzos en dialogar y en hacerse comprender. Es una misión didáctica casi imposible incluso para un campeón de........

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