El resultado es definitivo. Se ha contado el voto exterior y Alfonso Rueda presidirá la Xunta con una mayoría de cuarenta diputados. Así lo han refrendado las papeletas contabilizadas en la emigración. No hay baile de escaños. El calendario fijará las fechas claves, probablemente tras la Semana Santa. Entonces, Rueda será presidente a todos los efectos. Hasta ahora fue un presidente designado. Hizo bien ese difícil papel. Lo refrendó su partido y así se lo demostró la militancia al proclamarlo candidato para las elecciones gallegas. La ciudadanía, en unos comicios con una participación descomunal, lo ha ratificado como presidente electo. Alfonso Rueda reconocía ante mis compañeros Ruben Santamarta y Xosé Gago en una entrevista en La Voz que necesitaba este apoyo a la tarea realizada y a su esfuerzo en campaña: «Nunca negarei que quería a lexitimación das urnas para ser presidente de Galicia». Rueda les explicó los motivos: «O resultado dáme moitos máis argumentos para defender os intereses galegos en calquera foro».

Las elecciones han pasado con su resultado ya fijado. Alfonso Rueda está ante un cruce. Y el cruce tiene dos caminos a elegir, en la que será su primera decisión como presidente de Galicia tras las urnas. Puede elegir una senda que ya conoce: cuarenta diputados, mayoría holgada, un Gobierno hecho, gente de su confianza en numerosas áreas, presupuesto aprobado... O puede optar por una ruta por descubrir, mucho más ambiciosa. Ya no se trata solo de gestionar y resolver los asuntos que estaban pendientes como cuando recibió el anterior encargo. Ahora el objetivo tiene que ser establecer nuevas marcas, porque las circunstancias de Galicia así lo demandan. La privilegiada geografía, el talento de un pueblo con ganas de mejorar y de mejorarse, gobernar, como él mismo dijo la noche del triunfo del 18F, para los que le votaron y para los que no le votaron, fomentar el clima de entendimiento y concordia que caracteriza al gallego, organizar y reordenar la reindustrialización, apoyar con la ley en la mano las energías renovables, pelear por una financiación justa, luchar por la gestión de nuestro litoral, exactamente igual que otras comunidades históricas... En definitiva, pilotar un viaje hacia una Galicia que funciona y prospera, pero mucho más ambiciosa. Con todo el respaldo que tiene, no debe optar por el camino sencillo.

Ambición para elevar de una vez el listón de los servicios públicos, ambición para vencer y convencer a la Unión Europea y al Ejecutivo de Madrid, caiga quien caiga, gobierne quien gobierne. Estamos ante semanas claves para que el presidente electo Alfonso Rueda vaya redefiniendo cuál es la ruta que elige. Sus decisiones nos irán señalando si ha optado por transitar por caminos conocidos o, si aupado por un respaldo que pocos políticos han tenido, se atreve a comenzar así un ciclo virtuoso al frente del Gobierno gallego para elevar a Galicia al siglo XXI.

QOSHE - Los cuarenta cambios de Rueda - César Casal
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Los cuarenta cambios de Rueda

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27.02.2024

El resultado es definitivo. Se ha contado el voto exterior y Alfonso Rueda presidirá la Xunta con una mayoría de cuarenta diputados. Así lo han refrendado las papeletas contabilizadas en la emigración. No hay baile de escaños. El calendario fijará las fechas claves, probablemente tras la Semana Santa. Entonces, Rueda será presidente a todos los efectos. Hasta ahora fue un presidente designado. Hizo bien ese difícil papel. Lo refrendó su partido y así se lo demostró la militancia al proclamarlo candidato para las elecciones gallegas. La ciudadanía, en unos comicios con una participación descomunal, lo ha ratificado como presidente electo. Alfonso Rueda reconocía ante mis compañeros Ruben Santamarta y Xosé Gago........

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