Nada es más estúpido que una guerra. Pero ahí las tienen. Siempre nos han acompañado. Es el reflejo más fiel a la especie humana, su sombra devastadora. Solo hay que echar un vistazo a los libros de historia; y hoy, a los periódicos. Zelenski reconoce que ya han muerto 31.000 soldados ucranianos, sin contar a los civiles. Salen estadísticas que ponen los pelos de punta. Si colocamos los cadáveres en fila, los muertos llegarían desde Barcelona a Marsella. Dos años de sangre, minas, espanto, para nada. Van dos años, pero parecen dos días. Quema la actualidad. El circo del fútbol, por ejemplo, solo se detiene de forma simbólica. Paran unas jornadas, pero luego los equipos ucranianos y rusos siguen jugando. Unos, en Alemania. Otros, en Rusia, contra sí mismos por el bloqueo occidental, que también se suaviza en el deporte. Ahora los tenistas rusos vuelven a competir, sin bandera, y tiramos para adelante. Viva el espectáculo. Ucrania es Europa. Hay guerra en Europa. La frase cierta la soltó como un meteorito la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora alemana Ursula von der Leyen: «La guerra no es imposible». Es para echarse a temblar todavía más. Recuerden la frase, por favor. Se refiere a que la guerra alcance los lugares donde vivimos, no al precio del aceite. A nosotros. La argumentó: «Cuando miramos a nuestro alrededor, queda claro que no hay lugar para más ilusiones. Putin utilizó la paz para prepararse para su guerra. El resultado es que el mundo es más peligroso de lo que lo ha sido en generaciones».

No dudo de la amenaza. Pero enseguida Von der Leyen respondió en humano. Necesitamos rearmarnos, no reamarnos. Precisamos armas con urgencia, en cinco años. Ya. No ayuda escuchar a la viuda de Navalni. Así definió en el Parlamento europeo a Putin: «Es el líder de una banda criminal organizada. Esto incluye a envenenadores y asesinos, pero no son más que marionetas. Lo más importante son las personas cercanas a Putin: sus amigos, asociados y guardianes del dinero de la mafia». Siguió: «Putin es un monstruo sangriento y la respuesta que dan los europeos es aburrida». Lo dice por previsible, por lenta. Habla también en humano: violencia pide más violencia. La venganza tiene sed de sangre. Abusaron del cuerpo de su marido. Más calibre para la guerra. No tenemos solución. Lo peor es que somos así. Siempre habrá malvados. Y cuando abrazas a un malvado solo abrazas su puñal. No te puedes defender de él a besos. Piensen en Israel, en Gaza. Los palestinos dicen que van 20.000 muertos, 70.000 heridos y 8.000 desaparecidos. Israel que ha matado a 12.000 miembros de Hamás. Así es la respuesta de la guerra a la guerra: cadáveres. Nadie habla de poner otras mejillas. Por supuesto, el circo del deporte también sigue en Israel. Sus equipos en seguida volvieron a jugar en Chipre, en Grecia. No pasa nada. Contamos muertos y goles. Qué más da. Nada es más estúpido que una guerra. ¿O sí? El ser humano.

QOSHE - Necesitamos rearmarnos, no reamarnos - César Casal
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Necesitamos rearmarnos, no reamarnos

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03.03.2024

Nada es más estúpido que una guerra. Pero ahí las tienen. Siempre nos han acompañado. Es el reflejo más fiel a la especie humana, su sombra devastadora. Solo hay que echar un vistazo a los libros de historia; y hoy, a los periódicos. Zelenski reconoce que ya han muerto 31.000 soldados ucranianos, sin contar a los civiles. Salen estadísticas que ponen los pelos de punta. Si colocamos los cadáveres en fila, los muertos llegarían desde Barcelona a Marsella. Dos años de sangre, minas, espanto, para nada. Van dos años, pero parecen dos días. Quema la actualidad. El circo del fútbol, por ejemplo, solo se detiene de forma simbólica. Paran unas jornadas, pero luego los equipos ucranianos y rusos siguen jugando. Unos, en Alemania. Otros, en........

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