Hoy toca. Alfonso Rueda pronunciará su discurso como candidato a presidente de la Xunta, tras las elecciones de febrero. A algunos se les ha hecho larga la espera. La oposición ya ha salido a decir que no tienen puesta ninguna esperanza en él. Los demás vamos, primero, a escucharlo. Es imposible dar el resultado de un partido sin que este tenga lugar. La campaña se celebró en los carnavales. Luego la Semana Santa, pasada por agua, y otros compromisos festivos han ido aplazando la celebración del pleno de investidura. El parón no fue grave, al tratarse de un Gobierno de la Xunta que ya tenía presupuestos firmados por el mismo político que esta mañana dará su solemne discurso en el Pazo de Hórreo, sede del Parlamento gallego.

Esperemos que Alfonso Rueda, que llegó a la vicepresidencia de Galicia en el año 2012, sea, además de solemne, claro y consecuente con todas las promesas que le añadió a su tarea durante el proceso electoral. Esperan por sus palabras muchos colectivos: desde los miles de padres de los estudiantes que empezarán el año que viene la universidad en esta autonomía a las 650 familias de mayores que ya vieron cómo el Gobierno en funciones firmaba en el último Consello de la Xunta una inversión de 18,5 millones de euros para crear nuevas residencias y centros sociales. Son primeros pasos y pasos por dar. Pero Galicia necesita mucho más.

El discurso de Alfonso Rueda debe estar a la altura de una comunidad histórica que no quiere escuchar más lamentos y justificaciones. Confiemos en que el discurso del candidato a presidente, si consigue la mayoría el jueves, no sea una suma de lamentos y quejas y un relatorio de imposibles. Galicia se merece solo metas alcanzables. Realidades abordables para seguir siendo la tierra acogedora y esperanzadora que es. La Galicia triste y desoladora no es lo que esperamos de quien dio el paso para presentarse a ser elegido por primera vez de forma directa por los electores. De quien lo logró con unos incontestables resultados en un momento político donde todo es combustión y convulsión, menos Galicia. Rueda hablaba de isla de estabilidad. Ya tenemos la estabilidad. Pero ahora no queremos ser una isla, ni independizarnos de nadie. Lo que queremos es cimientos sólidos para nuestros chavales y jóvenes y ayudas justas y necesarias para nuestros mayores. Galicia precisa puentes. Tiene sed de ir a más. No quiere que nadie la haga de menos. No somos la negra sombra de un poema tan bello como recitado en pasado.

Es hora de volver a poner nuestros relojes en marcha. Los gallegos le han dado el crédito a Alfonso Rueda, pero quien lleva en el Gobierno desde el 2009 no puede demorarse ni cinco minutos en afrontar los cambios de estructura de Gobierno, y de nombres, que él tenga en su cabeza. El conocimiento de los retos se le supone. Que modifique lo que crea preciso sin fijarse en apellidos ni en padrinos políticos. Galicia necesita ritmo en un mundo en el que quien se detiene está muerto.

QOSHE - Un discurso a la altura de Galicia - César Casal
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Un discurso a la altura de Galicia

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09.04.2024

Hoy toca. Alfonso Rueda pronunciará su discurso como candidato a presidente de la Xunta, tras las elecciones de febrero. A algunos se les ha hecho larga la espera. La oposición ya ha salido a decir que no tienen puesta ninguna esperanza en él. Los demás vamos, primero, a escucharlo. Es imposible dar el resultado de un partido sin que este tenga lugar. La campaña se celebró en los carnavales. Luego la Semana Santa, pasada por agua, y otros compromisos festivos han ido aplazando la celebración del pleno de investidura. El parón no fue grave, al tratarse de un Gobierno de la Xunta que ya tenía presupuestos firmados por el mismo político que esta mañana dará su solemne discurso en el Pazo de Hórreo, sede del Parlamento........

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