En España había unos consensos básicos —también en el ámbito internacional—, pero al parecer algunos de ellos han dejado de regir después de las elecciones generales, las cuales, de un modo paradójico, han permitido que Pedro Sánchez presida el Gobierno, tras aceptar las condiciones de Puigdemont para prestarle su apoyo.

Las consecuencias están a la vista, y ya es casi imposible descifrar la verdadera naturaleza de nuestra política exterior y, peor aún, cada vez son menos inteligibles algunos aspectos de la política interior, porque no acaban de concretarse los límites de lo que pide el independentismo catalán que ha apuntalado la presidencia de Sánchez.

Argumentalmente, es fácil entender que Puigdemont haya aprovechado esta coyuntura electoral, pero no cabe decir lo mismo del actual presidente del Gobierno, que parece haber inaugurado «una especie de camarote de los hermanos Marx» —como dijo el exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo (PP)— en el que no es posible saber hacia dónde (y hasta dónde) nos están llevando. Quizá por ello, sus palabras también han venido a acumular recelos, lo cual es todo menos algo deseable.

Por su parte, el expresidente Felipe González se ha distanciado de nuevo de Sánchez y ha manifestado que «la amnistía es una autoamnistía hecha por los propios amnistiados». Alertó, asimismo, de que la división de poderes está «gravemente amenazada». Y un informe de los letrados del Congreso ha expresado sus dudas sobre la constitucionalidad de esta amnistía. Al final, Junts ha asumido los leves retoques propuestos por el PSOE, y así la carreta parece que podrá seguir avanzando.

De paso, la dirección socialista ha escarbado en los tiempos del Gobierno de Mariano Rajoy y, al parecer, ha encontrado en qué entretenerse. Porque, se mire como se mire, no se puede decir que estemos en el mejor momento de nuestra vida pública. Menos mal que casi todos se han unido para eliminar el término «disminuidos» de la Constitución. Algo es algo, y no menor. Porque podría representar la esperanza de que sea posible alcanzar otros acuerdos de Estado capaces de sacarnos de este barrizal.

QOSHE - Los consensos básicos - Carlos G. Reigosa
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Los consensos básicos

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23.01.2024

En España había unos consensos básicos —también en el ámbito internacional—, pero al parecer algunos de ellos han dejado de regir después de las elecciones generales, las cuales, de un modo paradójico, han permitido que Pedro Sánchez presida el Gobierno, tras aceptar las condiciones de Puigdemont para prestarle su apoyo.

Las consecuencias están a la vista, y ya es casi imposible descifrar la verdadera naturaleza de nuestra política exterior y, peor aún, cada vez son menos inteligibles algunos aspectos de la política........

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