Garantizar la seguridad alimentaria de tus platos de Navidad es fundamental. Resulta imprescindible tener presente, además de la diversión y el disfrute, la planificación, el ahorro y la seguridad alimentaria de todos los alimentos que incluyas en tu menú.

La correcta preparación y organización de los eventos gastronómicos navideños desde el momento en que se realiza la compra es fundamental para evitar problemas innecesarios. Sería recomendable no esperar al último momento, comprar los alimentos que suben de precio en estas fechas (como pescados y mariscos) y congelarlos correctamente.

Hacer una lista para adquirir únicamente lo necesario, para ahorrar dinero, trabajo, espacio y desperdicios.

Organizar tu itinerario en el supermercado. Primero los alimentos no perecederos, después los frescos y, por último, los congelados, separando los productos de limpieza y los alimentos dentro del carro.

El pescado, el marisco, la carne y las verduras son alimentos frescos que se estropean fácilmente. Puede encontrarlos en conserva o congelados (mejor ultracongelados), por lo que ahorrará espacio en la nevera.

Durante el transporte a casa es preciso mantener las condiciones de temperatura adecuadas. Lleve bolsas de congelación o neveras portátiles para evitar que los alimentos se descongelen o adquieran temperaturas inadecuadas que los estropeen.

Al llegar a casa, los alimentos que necesitan refrigeración no pueden estar a temperatura ambiente más de dos horas (una si se superan los 30º C ambientales). Cada alimento debe colocarse en un sitio adecuado en la nevera, pues no es igual colocarlos en las baldas superiores que en los cajones de abajo. La temperatura de refrigeración debe ser de 4º C o menos en la nevera y -18º C en el congelador.

Si desea congelar el alimento en casa, la clave es la rapidez. Las carnes, los pescados o los mariscos deben congelarse como máximo dos horas después de ser comprados o cocinados (en verano, el tiempo máximo es una hora).

Puede preparar previamente algunas comidas, pero no se deben cocinar con antelación alimentos que lleven huevo, nata o crema y deben mantenerse siempre refrigerados.