A mí, en Barcelona, los emigrantes que más me llaman la atención son los millares de cotorras que han ido apareciendo a finales del pasado siglo desde las selvas tropicales y ahora son esclavos libertos. Con ellas entonces comenzaron a llegar, desde el otro lado del globo, mujeres filipinas que se ocupaban del cuidado doméstico de las familias pudientes, y sus maridos o sus hermanos que empezaban a atender las barras de los bares para los turistas. Las cotorras y los filipinos se quedaron. Ellas en las palmeras de la Barceloneta y ellos regentando —ahora ya sí— las tabernas más exitosas de las Ramblas y sus afluentes, los templos del «pan tumaca».

Poco a poco, los catalanes de Barcelona se van refugiando ciudad arriba, en Vila de Gracia y otros territorios más inexpugnables, de los turistas que lo invaden todo. Ahora van a tener el control sobre la inmigración, pero olvidan que su inmigración es el fruto de su dinero, de sus turistas, de Vicky, Cristina, Barcelona.

Yo, modestamente, les sugiero que corten el turismo, que es como la plaga de la langosta, ávido e insaciable, y con ello, poco a poco, se les irá solucionando el problema de la inmigración. Si además quieren echar una mano, que dirijan sus ojos al sur, al sur del sur, a Gran Canaria. Y, si acaso, que manden allí parte de su dinero para atender a los náufragos de las pateras del Continente Negro.

La emigración es el fenómeno físico de los vasos comunicantes. Solamente cesará cuando los fluidos de los tubos se nivelen.

QOSHE - Emigrantes, turistas y cotorras - Eduardo Riestra
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Emigrantes, turistas y cotorras

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15.01.2024

A mí, en Barcelona, los emigrantes que más me llaman la atención son los millares de cotorras que han ido apareciendo a finales del pasado siglo desde las selvas tropicales y ahora son esclavos libertos. Con ellas entonces comenzaron a llegar, desde el otro lado del globo, mujeres filipinas que se ocupaban del cuidado doméstico de las familias pudientes, y sus maridos o sus........

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