Tal y como se preveía, PNV y Bildu han empatado con 27 escaños y se han convertido en las dos alternativas actuales a encabezar el Gobierno de Euskadi. Y esto, aunque parezca simple, encierra varios contenidos complejos que me gustaría avanzar como análisis de urgencia.

En primer lugar, casi el 70 % del voto vasco es nacionalista, de izquierda o derecha, pero nacionalista, la mayor concentración de voto nacionalista que se ha producido nunca en unas elecciones autonómicas en España. Y ese voto se concentra en dos formaciones, las únicas que se presentan ahora como partidos con posibilidades de gobierno. Dicho de otro modo, después de estas elecciones, las únicas opciones de gobierno en Euskadi son todas nacionalistas.

En segundo lugar, frente a la lógica catalana que eliminó el efecto del eje izquierda/derecha, en Euskadi la lógica izquierda/derecha impide que estos dos partidos nacionalistas puedan pretender formar una coalición de gobierno. Nacionalistas sí, pero enfrentados también.

En tercer lugar, el PSOE se ha convertido en decisor para la conformación de gobierno; serán los socialistas los que diriman quién gobernará, y no tomarán la decisión en función del eje izquierda/derecha, sino que lo harán en función de la historia de Bildu y su vinculación al pasado terrorista. La justificación del PSOE es fácil, aunque han empatado en escaños el PNV ha ganado en votos y es una fuerza centrípeta, frente a Bildu que todavía es una fuerza centrífuga.

Cuarto, precisamente por este perfecto orden de los resultados, el apoyo al PNV no tendrá coste para el Gobierno de España, pero tendrá que compensar a Bildu por su éxito electoral y por su institucionalización como partido con opciones de gobernar en el País Vasco.

Quinto, el apoyo a Bildu viene desde las posiciones históricas de la formación, pero también de las nuevas generaciones de vascos que han apoyado esta opción convirtiéndola en la fuerza de mayor crecimiento electoral de estas elecciones. Esto no habla solo del presente, habla también de que se está formando una generación de vascos proclives a ver Bildu como un partido de gobierno, bien porque lo consideran institucionalizado en el sistema, bien porque aspiran a que encabece una futura ruptura con España, y estas dos almas de Bildu convivirán por tiempo.

Sexto, el peso residual de la derecha estatal en Euskadi se ha convertido en un problema para España: ni al PP le interesa Euskadi ni a Euskadi le interesa el PP, y no me refiero a los votos, sino a los temas; el PP se ha convertido en el refugio de las opciones altervascas, con un relato ajeno a la inmensa mayoría del pueblo vasco, que se mueve en claves identitarias y de futuro.

La entrada de Sumar y la permanencia de Vox son una muestra de la pluralidad que siempre ha habido en el País Vasco, pero es una pluralidad cada vez más desigual, cada vez más nacionalista, cada vez más vasca, una forma de ser España que la Constitución pretendió abrazar y que ahora nos cuesta entender.

QOSHE - La mayor concentración de voto nacionalista - Erika Jaraiz Gulias
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La mayor concentración de voto nacionalista

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22.04.2024

Tal y como se preveía, PNV y Bildu han empatado con 27 escaños y se han convertido en las dos alternativas actuales a encabezar el Gobierno de Euskadi. Y esto, aunque parezca simple, encierra varios contenidos complejos que me gustaría avanzar como análisis de urgencia.

En primer lugar, casi el 70 % del voto vasco es nacionalista, de izquierda o derecha, pero nacionalista, la mayor concentración de voto nacionalista que se ha producido nunca en unas elecciones autonómicas en España. Y ese voto se concentra en dos formaciones, las únicas que se presentan ahora como partidos con posibilidades de gobierno. Dicho de otro modo, después de estas elecciones, las únicas opciones de gobierno en Euskadi son todas nacionalistas.

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