El asesinato, con premeditación, nocturnidad y alevosía, de dos guardias civiles en aguas de Barbate nos deja un reguero de incógnitas y de asignaturas pendientes que habría que abordar de forma inmediata. Para evitar que se sucedan tragedias como la vivida. Y también pedir responsabilidades por las decisiones erróneas que llevaron a la situación actual de convertir parte el Estrecho en un pequeño narcoestado como la Sinaloa de los peores años.

Quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, y sin demora, dada la gravedad del asunto, han de responder a varias cuestiones. Entre ellas, por qué el ministro Marlaska desmanteló el operativo contra los narcos, que funcionaba con relativo éxito. Quién o quiénes decidieron que los guardias salieran en una pequeña zódiac de 80 caballos y seis metros de eslora a enfrentarse a unos descerebrados con una lancha de 300 caballos y 16 metros de largo. Por qué no se atendieron las reiteradas llamadas de los agentes de escasez de medios para hacer frente al aumento de la delincuencia narco. Qué diferencia existe entre asesinar a dos guardias civiles pasándoles por encima con una lancha o de un tiro en la nuca. Y por qué no se aborda, de una vez por todas, el asunto del narcotráfico como narcoterrorismo.

Porque lo que ocurre en el Campo de Gibraltar tiene poco de tráfico de drogas y mucho de narcoterrorismo. Así lo cree Macarena Arroyo, fiscala jefa del Campo de Gibraltar, que algo debe de saber de esto. «Esto es narcoterrorismo», dijo tajante. Porque estamos ante bandas organizadas que no buscan eludir a las fuerzas de seguridad, sino enfrentarse a ellas para echarlas de la zona. Y, sin embargo, la situación se dejó ir con la complacencia y la negligencia de todos.

Y es que esa desidia ha convertido la zona en un polvorín en el que gran parte de su economía gira en torno a esta actividad. Porque no solo los que pilotan las lanchas viven de la droga. Lo hacen también los que vigilan, los que alertan, los que recogen los fardos en la costa, los que protegen a los asesinos y los que son premiados por su silencio.

Estremece ver cómo decenas de descerebrados jaleaban y aplaudían a los asesinos al tiempo que se reían de los guardias civiles. Eso es de lo más significativo de la situación, ya que cuentan quienes conocen la zona que en algunos barrios y pueblos solo se ve el narco como único recurso. Y que los niños, como también ocurrió en Galicia, únicamente aspiran a integrarse en el negocio. Un negocio que ofrece grandes oportunidades. En México, en narcotráfico es el quinto empleador del Estado.

Ahora que llevamos semanas librando una trifulca sobre lo que es o no terrorismo, deberíamos convenir en que lo del Estrecho sí lo es. Sin discusión. Porque da lo mismo matar intencionadamente con un tiro en la nuca que con una narcolancha. Aunque se quiera disfrazar de muerte en acto de servicio. Lo que no deja de ser una ofensa.

QOSHE - Esto sí es terrorismo - Ernesto S. Pombo
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Esto sí es terrorismo

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14.02.2024

El asesinato, con premeditación, nocturnidad y alevosía, de dos guardias civiles en aguas de Barbate nos deja un reguero de incógnitas y de asignaturas pendientes que habría que abordar de forma inmediata. Para evitar que se sucedan tragedias como la vivida. Y también pedir responsabilidades por las decisiones erróneas que llevaron a la situación actual de convertir parte el Estrecho en un pequeño narcoestado como la Sinaloa de los peores años.

Quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, y sin demora, dada la gravedad del asunto, han de responder a varias cuestiones. Entre ellas, por qué el ministro Marlaska desmanteló el operativo contra los narcos, que funcionaba con relativo éxito. Quién o quiénes........

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