Cuando de niños acudíamos a aquellos mugrientos cines de pueblo y comenzaban a sonar los tambores de guerra, en una vaquerada, aplaudíamos a rabiar porque sabíamos que era el anuncio de que se iba a desencadenar una batalla. Con cientos de muertos, dependiendo del guion. El batir de los tambores era el preámbulo de que las discrepancias se dilucidaban con tiros y flechas.

Hoy ya no. Hoy los tambores no se escuchan porque no suenan como antaño. Hay que adivinar lo que quieren decirnos con sus silencios sospechosos, declaraciones, advertencias y amenazas. Y de ellas estamos saturados en los últimos meses.

Trump ha osado decir lo que no dijo hasta ahora. Que si llega a la Casa Blanca animará a Rusia a que ataque a sus aliados de la OTAN que «no pagan la contribución» y que además no los defenderá. Es un aviso altamente preocupante, pero recibimos otros muchos, no menos inquietantes. El alemán Scholz llama a la «producción masiva» de armas en Europa y la clase política y la sociedad de su país piden un rápido rearme. La inteligencia noruega, muy pesimista ella, dice que «las cosas no van bien», y se refiere abiertamente a una tercera guerra mundial. Lo mismo que Rusia que, por boca del presidente de la Duma, no descarta que el apoyo de Occidente a Ucrania puede dar lugar a una guerra a nivel internacional. Y señala directamente a EE.UU., Canadá, Reino Unido, Francia y Alemania. Tal es la situación que la mayoría de británicos cree que una nueva guerra global se desencadenará antes de diez años.

A todo esto, el servicio secreto de Estonia advierte que Putin atacará un país atlantista en la próxima década porque sus servicios de inteligencia detectaron un incremento de efectivos en el flanco oriental de la OTAN. Y la última es que la Casa Blanca confirma que Rusia cuenta con una nueva arma antisatélite «preocupante» pero «aún no activa».

Los tambores continúan con la exministra de Exteriores española González Laya, partidaria de que Europa impulse su industria de defensa para rearmarse a conciencia ante el riesgo de que Rusia ponga a prueba a la Alianza con una invasión de algún país miembro. Si a ello unimos los conflictos vivos, completamos un panorama desolador. Pese a que el zar ruso asegura que no atacará ningún país de la OTAN, como en su día dijo que no invadiría Ucrania.

Por primera vez desde 1945 Europa está en guerra. Y eso ha llevado a líderes políticos y militares a alertar del riesgo real de que el conflicto se expanda por todo el mundo. Estamos en el peor escenario del último medio siglo. Nos lo recuerdan cada mañana los medios de comunicación. Las amenazas nos llueven por todos lados y van subiendo de intensidad. Y pueden descontrolarse si, como parece por momentos, un descerebrado logra la Casa Blanca. Estremece pensar que estos tambores de guerra que suenan no son los de los cines de nuestra infancia. Tengámoslo claro.

QOSHE - Tambores de guerra - Ernesto S. Pombo
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Tambores de guerra

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18.02.2024

Cuando de niños acudíamos a aquellos mugrientos cines de pueblo y comenzaban a sonar los tambores de guerra, en una vaquerada, aplaudíamos a rabiar porque sabíamos que era el anuncio de que se iba a desencadenar una batalla. Con cientos de muertos, dependiendo del guion. El batir de los tambores era el preámbulo de que las discrepancias se dilucidaban con tiros y flechas.

Hoy ya no. Hoy los tambores no se escuchan porque no suenan como antaño. Hay que adivinar lo que quieren decirnos con sus silencios sospechosos, declaraciones, advertencias y amenazas. Y de ellas estamos saturados en los últimos meses.

Trump ha osado decir lo que no dijo hasta ahora. Que si llega a la Casa Blanca animará a Rusia a que ataque a sus........

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