Montero, no nos riñas
Hubo un pecado original en la llegada de Irene Montero a la cúpula de Podemos y al Ministerio de Igualdad: era la mujer del jefe. Seguro que ella destrozaría esta frase y apelaría a mi feminismo imperfecto para despreciarla, pero es que es verdad que era la mujer del jefe y esa es una circunstancia que condiciona algunas cosas. Una de esas cosas debería ser sentarse juntos en el Consejo de Ministros, una anomalía histórica........
© La Voz de Galicia
visit website