«El presidente de la Xunta se ha metido de lleno en el asunto de los precios de los carburantes. Habrá quien lo acuse de oportunismo, pero también es su deber». Este texto está tomado de una nota editorial de este periódico como muestra del sentido con el que se suele emplear la voz oportunismo. El diccionario de la Academia la define así: «Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias que se ofrecen y sacar de ellas el mayor beneficio posible». Prescinde de la segunda acepción que aparecía en su anterior edición, del 2001: «Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones».

Al desaparecer la referencia a principios y convicciones cambia el concepto de oportunismo. Cuando alguien adquiría algo con un descuento en las rebajas, aprovechaba la oportunidad. Actuaba con oportunismo el que se hacía por cuatro perras con bienes de quien se veía obligado a vender para atender una urgencia. Pues va a resultar que quien compra en el Black Friday actúa con oportunismo.

Si la nueva definición del término tenía por objeto omitir que un rasgo del oportunismo es que quien así actúa prescinde de principios y convicciones, no se entiende que en la actualización del DLE de hace unas semanas se den como sinónimos de oportunista, la persona que practica el oportunismo, todos estos: ventajista, arribista, aprovechado, chaquetero, pancista, trepa, alagartado.

El Diccionario panhispánico de dudas conserva la definición del DLE del 2001, la que dice lo de «sin tener en cuenta principios ni convicciones». Subraya que se usa sobre todo en el ámbito político y que tiene connotaciones negativas, a lo que añade que no debe confundirse con oportunidad (‘cualidad de oportuno’).

Ese uso de oportunismo en vez de oportunidad o sentido de la oportunidad es frecuente en informaciones deportivas. «El Real Madrid ganó por el oportunismo de Bellingham», titula un periódico. A propósito de esos usos en crónicas de fútbol, escribió Lázaro Carreter: «Constituye plaga este disparate que remite, ciertamente, a oportunidad, consistente, según el diccionario, en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio. Lo cual hacen algunos jugadores príncipes. Pero es que el riguroso mamotreto exige algo más para ser oportunista: se precisa que ejecute su acción sin “tener en cuenta principios ni convicciones”». Aquel uso de oportunismo en el mundo del fútbol lo bendice hoy el mamotreto, como se menciona ahí al Diccionario, incluso con un ejemplo: «El oportunismo del delantero centro».

¡Ah! Si el que fue director de la RAE levantara la cabeza...

QOSHE - El oportunismo no es lo que era - Francisco Ríos
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El oportunismo no es lo que era

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23.12.2023

«El presidente de la Xunta se ha metido de lleno en el asunto de los precios de los carburantes. Habrá quien lo acuse de oportunismo, pero también es su deber». Este texto está tomado de una nota editorial de este periódico como muestra del sentido con el que se suele emplear la voz oportunismo. El diccionario de la Academia la define así: «Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias que se ofrecen y sacar de ellas el mayor beneficio posible». Prescinde de la segunda acepción que aparecía en su anterior edición, del 2001: «Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios........

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