Acabamos de contemplar cómo Junts per Catalunya le sacaba los higadillos políticos a Pedro Sánchez con una ley de amnistía que llega tan lejos que hasta es posible que el Tribunal Constitucional presidido por Cándido Conde-Pumpido la eche abajo. Todavía no salen algunos de su asombro cuando Junts per Catalunya nos sitúa ya en el comienzo de otra serie centrada en los Presupuestos. Y anuncia ya que tratará de poner de nuevo de rodillas al presidente del Gobierno. Se equivocaron aquellos que daban por sentado que esta negociación era un pack que incluía la amnistía, los Presupuestos y el apoyo constante de Junts al Gobierno de coalición. «Esto es a tanto la pieza», dijo sin rubor el secretario general de Junts, Jordi Turull, para dejar claro al PSOE que no piense en contar con su apoyo a los Presupuestos sin pasar otra vez por el potro de tortura que significa una negociación con los independentistas catalanes.

La nueva pieza a la que se refiere Junts después de haber forzado al Gobierno a ceder en todo durante la negociación de la ley de amnistía es una pugna por conseguir para Cataluña un pacto fiscal similar al vasco. Una cuestión en la que en estos momentos parece imposible que el PSOE ceda de nuevo, por las repercusiones que eso tendría para el resto de comunidades. Pero también parecía imposible que el PSOE cediera a la pretensión de aprobar una ley de amnistía que incluyera los delitos de terrorismo y de alta traición y ya hemos visto cómo Junts llevó a los socialistas hasta el final de la negociación aceptando todo aquello que le exigieron.

A favor de una nueva prueba de resistencia de Junts juega ahora la batalla que mantienen los de Carles Puigdemont con ERC a la hora de competir por arrancar del Gobierno central más prebendas para Cataluña. Los de Oriol Junqueras acaban de contemplar con sorpresa cómo Junts ha sacado a Pedro Sánchez una amnistía redactada prácticamente en su integridad por los peones de Puigdemont, con Jordi Turull a la cabeza. Mucho más de lo que ERC consiguió sentándose en una mesa de negociación con el PSOE y aceptando una renuncia a la unilateralidad, a la que Puigdemont no renuncia en absoluto.

Habrá que estar atentos, por lo tanto, a dónde plantea Junts su horizonte de máximos en la negociación de los Presupuestos, porque, o el resultado final se asemeja mucho a lo que planteen los neoconvergentes, o no habrá pacto, y entonces nos iríamos a unas nuevas elecciones en cuanto concluya en julio el plazo legal para que se puedan convocar. Los negociadores de Puigdemont le han demostrado a Sánchez cuál es su estrategia política. Se trata de mantenerse impávidos a medida que se acerca el momento en el que hay que cortar los cables de la bomba. Los socialistas amenazaron en el último instante a Junts con ir a unas elecciones generales y Junts captó enseguida que iban de farol. «Adelante», les dijeron, antes de que el PSOE aceptara la amnistía total y a la carta. Esto va a tanto la pieza y muy pronto lo veremos.