Hace más de un mes que fui a comprar al chino y me encontré con toda la parafernalia del Halloween. Tuve que pararme a pensar si estaba desorientado o alguien me había robado el mes de octubre sin enterarme. La cosa no quedó ahí, porque luego fui al súper y ya estaban puestos los turrones y los mazapanes de Navidad.

Una sensación siniestra calcada a la del pasaje de Alicia en el País de las Maravillas, donde Alicia corre cogida de la mano de la reina mientras esta jalea: «¡Más rápido, más rápido!», y aunque Alicia quería correr más rápido no le quedaba aliento para hacerlo. Lo más curioso —pensaba Alicia— era que los árboles y todos los objetos que estaban a su alrededor no se movían del sitio y, por más rápido que corriera, no conseguía sobrepasar a ninguno de ellos.

Pues algo así me produjo la visión del Halloween y la Navidad mientras la gente estaba en la playa y comiendo helados. Todo se amontona del tal manera que todo está siempre presente; es como si las señales que nos orientan en el tiempo pasaran tan rápido que no da tiempo a que pase nada y todo se queda quieto, congelado en una especie de presente continuo sin avance ni parada alguna. La lógica consumista nos ha avasallado de tal forma que no hay pausa ni respiro para paladear o disfrutar el tiempo y aún peor, no deja espacio al deseo.

Fresas, cerezas, chirimoyas, melón, helados, boniatos, roscón de reyes, panetones, todo está en los lineales todo el año. No hay tiempo para desear que llegue nada porque todo está. Se acabó el tiempo psíquico de la espera que aviva el deseo. ¡Rápido! ¡Rápido! Aún no han desmontado el escaparate de verano y ya está el de invierno aunque estemos a cuarenta grados. Estamos de rebajas todo el año y las cosas ya no tienen estación. La vida se ha vuelto atemporal.

¡Rápido! ¡Rápido! ¡Corramos!, decía Groucho Marx a sus hermanos que preguntaban: «¿A dónde vamos?, jefe?» «No lo sé, pero ¡corramos!», contestaba.

Ahora ya tenemos encima el invento del Halloween, pero prepárense y sigan corriendo porque rápido llega el black friday y luego el ciber monday y compren ya el décimo que se abre la Navidad y el capirote, que empiezan las procesiones y las laconadas, y no guarden el bañador que ya, en nada, volvemos a la playa. No hace falta que esperen, ya estamos ahí.

Patinar sobre esta fina capa de hielo que se ha vuelto el mundo actual es lo que tiene, que no puedes dejar de patinar porque, si te paras a mirar que pasa, te hundes.

¡Feliz San Valentín!

QOSHE - ¡Rápido, rápido! - Luis Ferrer I Balsebre
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¡Rápido, rápido!

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30.10.2023

Hace más de un mes que fui a comprar al chino y me encontré con toda la parafernalia del Halloween. Tuve que pararme a pensar si estaba desorientado o alguien me había robado el mes de octubre sin enterarme. La cosa no quedó ahí, porque luego fui al súper y ya estaban puestos los turrones y los mazapanes de Navidad.

Una sensación siniestra calcada a la del pasaje de Alicia en el País de las Maravillas, donde Alicia corre cogida de la mano de la reina mientras esta jalea: «¡Más rápido, más rápido!», y aunque Alicia quería correr más rápido no le quedaba aliento para hacerlo. Lo más curioso —pensaba........

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