Finalizado el tour de force de las fiestas de Navidad, queda recoger los papeles de regalo, los árboles, las luces, los adornos y ponerse a secar. Secar las tarjetas de crédito, los excesos gastronómicos y secar las emociones. Estas fiestas son para muchos un atracón emocional que, conforme creces en edad, saber y gobierno, se hace más indigesto. Una vez superados la última reliquia de magia clásica que son los Reyes Magos y el mito del nacimiento de un Cristo redentor que para la mayoría ya no es más que una fiesta de invierno, solo queda el regusto de un cóctel emocional hecho de pérdidas premium.

No solo pérdidas reales de aquellos que ya se fueron, sino también —y sobre todo— de pérdidas simbólicas, que para los que ya somos talludos inundan toda la escena navideña con añoranzas de la infancia, de los deseos insatisfechos y de los satisfechos también. Lo bello es el primer grado de lo terrible, decía Rilke, y la belleza de la Navidad de antaño es para muchos la antesala de otras, si no terribles, sí mucho menos amables. Basta que pretendamos retener lo que disfrutamos una vez para perderlo irremediablemente.

Aún con todo, me considero un privilegiado por haber vivido muchos años con todo el ritual y simbología de las Navidades tradicionales, que para muchas generaciones procuraron las mismas experiencias emocionales, las mismas sensaciones y las mismas decepciones. El mundo se ha quedado tan pequeño que cualquier intento de ser diferente, original o de tener una identidad diferenciada resulta trivial.

Seguro que las Navidades que añoramos no son mejores que las que serán, pero sí diferentes. A mí me gustan las mías, con Belén, con turrones normales, con roscón con frutas escarchadas, y seguir dejándole agua a los camellos, aunque ahora les dejen papelinas.

QOSHE - Añoranzas - Luis Ferrer I Balsebre
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Añoranzas

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09.01.2024

Finalizado el tour de force de las fiestas de Navidad, queda recoger los papeles de regalo, los árboles, las luces, los adornos y ponerse a secar. Secar las tarjetas de crédito, los excesos gastronómicos y secar las emociones. Estas fiestas son para muchos un atracón emocional que, conforme creces en edad, saber y gobierno, se hace más indigesto. Una vez superados la última reliquia de magia clásica que son los Reyes Magos y el mito del........

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