Mañana comienza el puente de la Inmaculada, que viene a ser como el chupinazo de las Navidades. Igual que cuando coges a un gatito del cuello, cuando encienden las luces te quedas como ellos, pasmao. La escena de la Navidad desata emociones en todo el mundo. Una emoción que depende de lo que tengamos registrado en nuestro cerebro emocional. El ambiente navideño es lo suficientemente singular y predecible como para que todo lo vivido en ese decorado tan especial se grabe a fuego en la amígdala cerebral, un portentoso chip que tiene registradas todas las escenas de nuestra vida —incluidos la de nuestros antepasados— que provocaron una emoción. Es lo que nos queda de nuestros cerebros reptiliano y mamífero. El cerebro emocional se la pasa día y noche chequeando el entorno; cuando percibe un input sensorial relevante desata una cadena asociativa de todas las escena de nuestra vida en que ese input estuvo presente y desata la emoción. Puede ser miedo, atracción, ira, asco, tristeza o alegría, con todos los matices que les da el lenguaje.

Matemático es llegar el puente de la Inmaculada y ver a la gente emocionada. Cuando niños, esa escena tiene una banda sensorial apabullante de felicidad y sorpresa. A medida que crecemos en edad, saber y gobierno, y la vida te ha dado varias capas de barniz, empieza a teñirse de otras emociones más oscuras. Esa saturación de emociones encontradas te deja pasmao, no sabes si alegrarte o ponerte triste, ilusionarte o esconderte cuando canten los de San Ildefonso.

Lo único que no cambia es que comes más y luego te pasa como a Land Rober, que se pregunta perplejo: «No se que pasa con Jesús de Nazaret: nace Jesús de Nazaret y engordo cuatro kilos; muere Jesús de Nazaret y engordo otros cuatro».

QOSHE - Ambiente navideño - Luis Ferrer I Balsebre
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Ambiente navideño

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05.12.2023

Mañana comienza el puente de la Inmaculada, que viene a ser como el chupinazo de las Navidades. Igual que cuando coges a un gatito del cuello, cuando encienden las luces te quedas como ellos, pasmao. La escena de la Navidad desata emociones en todo el mundo. Una emoción que depende de lo que tengamos registrado en nuestro cerebro emocional. El ambiente navideño es lo suficientemente singular y predecible como para que todo lo vivido en........

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