Pues aquí estamos. Con bañistas en las playas. Con parques tomados por chavales en manga corta. Con camareros dando la vez para las terrazas. Todo muy normal y rutinario. Salvo por el pequeño detalle de que es enero. Sí, último fin de semana y lo que quieran. Pero estamos en enero. Enero y febrero son los dos señores guardianes del invierno, dos meses que deberían dar escalofríos con solo asomar la patita en el calendario. A nivel estacional, diciembre es, en realidad, un hermano pequeño. Y marzo, un primo lejano y hippy. Unos flojos. Pero de esta época del año cabría esperar algo distinto. Todos esos que aseguran que «estas cosas siempre han pasado» y «es algo de toda la vida de Dios» quizás deberían ilustrarnos con pruebas documentales, porque los termómetros continúan batiendo récords por todo el mundo. Quemamos registros a lo Serguéi Bubka. Día sí y día también. Luego, con estos bailes, como dice alguno, «las plantas se equivocan» y florecen cuando no toca, los insectos se lanzan a explorar otros parajes, alumbrando nuevas plagas, y los turistas... Pues ya se verá. Y, según parece, todo más acelerado de lo que calculaban inicialmente los expertos, los que llevan años avisando del lobo a las ovejitas. Todavía vendrá algún iluminado encantado porque se ha podido tomar estos días una caña con pantalón corto a pleno sol mientras pillaba bronceado. Y criticará a los amargados que ponen «peros» a este presunto buen tiempo. Es cierto que se pueden discutir las recetas, para que los efectos secundarios no machaquen siempre a los más vulnerables. Pero lo que es una locura es negar la enfermedad. A estas alturas, los negacionistas, más que crudo, lo tienen quemado.

QOSHE - En bañador en enero - Mariluz Ferreiro
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En bañador en enero

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28.01.2024

Pues aquí estamos. Con bañistas en las playas. Con parques tomados por chavales en manga corta. Con camareros dando la vez para las terrazas. Todo muy normal y rutinario. Salvo por el pequeño detalle de que es enero. Sí, último fin de semana y lo que quieran. Pero estamos en enero. Enero y febrero son los dos señores guardianes del invierno, dos meses que deberían dar escalofríos con solo asomar la patita en el calendario. A........

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