Seguramente para Hollywood fuera como un gran jarrón chino. No daba el perfil ni para niña buena ni para femme fatale. No poseía esa belleza punzante, como de piedra preciosa, que derretía cámaras y espectadores y que ha encumbrado a otros y otras. Y tampoco era esa chica estadounidense rubia de ojos azules que encajaba como secundaria en el equipo de animadoras de la penúltima película juvenil o como sonriente ama de casa de un barrio residencial. Era otra cosa. Diferente y más compleja. Sigourney Weaver. Eligió su nombre porque no quería que la llamaran Suzy y adoptó el de uno de los personajes secundarios de El gran Gatsby porque era distinto. En su entorno casi nadie apostaba por su carrera como actriz. Ella misma confesó que llegó a desanimarse en las clases de interpretación. Pero pasó el tiempo y llegó la teniente Ripley, esa heroína inesperada, la Némesis de uno de los mayores monstruos de la historia del cine. Tomaba la gran pantalla una mujer dura, con carácter, que asumía decisiones, lo opuesto de la inocente damisela que tantas veces ha producido en cadena el cine. Con Ridley Scott abrió un camino nuevo. No se ajustaba a ningún canon, ni de guion ni estético. Y resultaba atractiva en todos los sentidos. Luego vino todo lo demás. Muchos personajes que pinchan y cortan. Que no son fáciles. Fueron pasando los años y Sigourney ha envejecido sin encorsetar su rostro a fuerza de retoques, con esa elegancia de las grandes damas de la escena, esas que quieren seguir frunciendo el ceño tanto en la ficción como en la vida real. Otra señora. Se merece el Goya. Y más de un brindis.

QOSHE - Sigourney Weaver - Mariluz Ferreiro
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Sigourney Weaver

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11.02.2024

Seguramente para Hollywood fuera como un gran jarrón chino. No daba el perfil ni para niña buena ni para femme fatale. No poseía esa belleza punzante, como de piedra preciosa, que derretía cámaras y espectadores y que ha encumbrado a otros y otras. Y tampoco era esa chica estadounidense rubia de ojos azules que encajaba como secundaria en el equipo de animadoras de la penúltima película........

© La Voz de Galicia


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