En mi infancia, ese invento sobre cuando éramos pequeños, como diría Rodrigo Fresán, en mi infancia, digo, para ponderar la brillantez académica de un niño o de una niña se decía: «Saca muy buenas notas, es muy aplicado y tiene mucha memoria». Quizá se hablaba así en mi familia y no era cosa general. En cualquier caso, ahora nadie lo pinta con esos brillos. Ahora son directamente inteligentes o, como poco, listos. Y pocos parecen dispuestos a admitir lo contrario de sí mismos o de sus hijos. Lo de «aplicado» parecía muy importante entonces. Por supuesto, apuntaba a la deliciosa segunda acepción que recoge la Academia: «Afición y asiduidad con que se hace algo, especialmente el estudio». La memoria, por su parte, se ha sumido en un profundo desprestigio, pese a que hemos construido toda la educación occidental sobre la idea de que el hombre es un ser que olvida. Un ser que olvida, precisamente, lo esencial y hay que recordárselo. Recuerda muy bien lo trivial, sin embargo.

En árabe «hombre» se dice insan, que significa «el que olvida». Lo apuntaba ayer un neurocientífico en la prensa madrileña: «El olvido es la característica esencial de la inteligencia». Seguramente, la artificial (IA) está todavía lejísimos de la natural precisamente por eso: por su incapacidad de olvidar. La IA, de momento, es como Funes, el memorioso de Borges: puede recordarlo todo, pero no consigue olvidar nada, de modo que su vida se reduce a un mero recordar completamente inútil y sin sentido. La utilidad de la IA reside, por eso, en que funciona al servicio de personas que olvidan. Eso sí, para olvidar es preciso haber sabido antes. Y cuanto más se haya sabido y olvidado, más inteligencia se disfrutará.

QOSHE - «Insan» - Paco Sánchez
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

«Insan»

3 1
10.02.2024

En mi infancia, ese invento sobre cuando éramos pequeños, como diría Rodrigo Fresán, en mi infancia, digo, para ponderar la brillantez académica de un niño o de una niña se decía: «Saca muy buenas notas, es muy aplicado y tiene mucha memoria». Quizá se hablaba así en mi familia y no era cosa general. En cualquier caso, ahora nadie lo pinta con esos brillos. Ahora son directamente inteligentes o, como poco, listos. Y pocos........

© La Voz de Galicia


Get it on Google Play