Desconozco su afición a YouTube, si escuchan radio o si ven televisión. Al parecer, improbables lectores, si han dado con este Codex siguen la prensa. Pero si acceden a YouTube encontraran unas completas declaraciones redentoras y justificativas del pensamiento de jóvenes hombres entre los 16 y 24 años, y en menor medida en otros rangos de edad, resumido en la siguiente afirmación: se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres. Esas magistrales declaraciones, tan propias de Trump o de Abascal, pertenecen a Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid y de su Partido Popular.

Les cito a Díaz Ayuso dado sus afanes mediáticos y capacidad de intervenir en paralelo a los órganos del Partido Popular no madrileño, donde también quien calla, otorga. Y aunque esa discriminación de los hombres no deje de asombrar, es cierto que las grandes luchas culturales sostenidas los últimos años por los conservadores, ultras y menos, se empiezan a cosechar. Ser contrarios a una educación cívica, pero también de género y sexual, segregar por sexos, o mantener papeles de género sin asumir una paternidad y maternidad responsable e igualitaria, ha empezado a dar sus frutos. Los anhelados por las fuerzas ultraconservadoras, sean estas cristianas, musulmanas o judías. Incluso ateas o propias de sociedades tribales. En razón de privilegios, nadie está por renunciar.

Por eso no sorprende, aunque horroriza, que la juventud y el género masculino en general crea que los lentos avances en igualdad de las mujeres les discriminan. Inquieta sin embargo que dirigentes como la citada —mujer ella— les den la razón.

Porque la realidad dice que ya hay mayor abandono escolar en el género femenino que en el masculino, que las mujeres tenían niveles de formación y aprovechamiento mayores que los hombres, y que la discriminación frente a ellas existe. Empezando por la atención a la familia, donde ellas dedican un 70 % más de su otra jornada al cuidado de los hijos y la familia respecto a sus parejas masculinas. Casi diez horas diarias, frente a las menos de seis de ellos.

Por más que tal discriminación va por barrios ideológicos, según el CIS: mientras que los hombres que votaron a Vox la sienten un 88 %, y solo el 66 % de los del PP, entre los del PSOE la percibe un 22 % y en los de Sumar no llega al 10 %. Cierto es también que el 68 % de las mujeres y el 51 % de los hombres considera peor la situación de las mujeres para desarrollar su carrera profesional.

Una reflexión ante la discriminación femenina que de nuevo avanza. Ya descrita y analizada por Susana Faludi, una más de las grandes periodistas americanas —premio Pulitzer incluido—, hace más de cuarenta años en su libro Reacción: la guerra no declarada contra la mujer moderna. Periodistas que nos dan a conocer realidades que nos rodean, como también hizo en En el cuarto oscuro, sobre identidades, y no solo de género.