No es fácil ser equitativo. La equidad es un concepto que se pierde demasiado en el vocabulario del presente. Se nos habla de igualdad a menudo. También de igualitarismo. Rara vez de equidad. El ius pretorium romano contenía elementos de la equidad. Y cualquier jurista conoce el significado profundo de este concepto primordial. Pero no es el derecho la disciplina que hoy ocupa esta columna, sino la educación. La pasada semana se publicó el informe Pisa: un termómetro de nuestra salud educativa. La pandemia hizo mella en todas las comunidades autónomas. Unas fueron capaces de levantar cabeza en medio de la tormenta; otras, no. Galicia está entre las primeras. Continúa, junto con Castilla y León, siendo líder en competencia científica; y a pesar de bajar en lectura y Matemáticas, como la casi totalidad de las comunidades, lo hace por debajo de la media. Unos buenos datos que ratifican lo que he escrito en numerosas ocasiones: la educación gallega es excelente. Podía quedarse ahí la lectura del informe Pisa. Sin embargo hay un dato que no debe pasar desapercibido: Galicia lidera junto con Cantabria la equidad educativa. Es decir, el alumnado gallego, independientemente de su posición social y económica, tiene las mismas probabilidades de éxito. Alumnos de cualquier ámbito territorial poseen idénticas posibilidades. No existen diferencias entre ricos y pobres en cuanto a sus oportunidades. Equidad. De todos los valores de Pisa, este me parece el más interesante. Y que sea Galicia quien lidera ese ránking debe servir para sentirnos muy orgullosos de nuestro sistema educativo, desde la Administración a los profesionales que día a día trabajan en sus aulas. Un logro de país. Una medalla de oro para todos los gallegos que se dedican a la vocación educativa.

Regreso a la actualidad. Mañana comienza el debate de la ley de amnistía pactada entre el PSOE y los independentistas catalanes. No sé ustedes, pero yo siempre he visto en el independentismo unos alardes de superioridad moral que me perturban. Un independentista no solo se cree el mejor en cualquier valor cívico, sino que piensa que el resto no podemos hacerles sombra. Curiosamente los datos que refleja el informe Pisa sobre Cataluña son demoledores. Es decir, el principal «valor cívico», la educación, pasa por su comunidad autónoma con más pena que gloria. Cataluña cae tres veces más que el resto de España en los datos Pisa. ¿Ha dimitido algún miembro del Gobierno independentista catalán? Ninguno. ¿Han comentado algo al respecto? Apenas. Ellos continúan habitando una realidad paralela que a su vez se retroalimenta con el actual Gobierno de España. Lo suyo es negociar en Ginebra, Bruselas o Waterloo un conflicto que solo existe en el imaginario nacionalista: menos de un millón de votos en una población de casi ocho millones. En tanto, su educación va como va: en descenso permanente. Su cuento de nunca acabar es siniestro.

QOSHE - Galicia, educación y equidad - Xosé Carlos Caneiro
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Galicia, educación y equidad

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11.12.2023

No es fácil ser equitativo. La equidad es un concepto que se pierde demasiado en el vocabulario del presente. Se nos habla de igualdad a menudo. También de igualitarismo. Rara vez de equidad. El ius pretorium romano contenía elementos de la equidad. Y cualquier jurista conoce el significado profundo de este concepto primordial. Pero no es el derecho la disciplina que hoy ocupa esta columna, sino la educación. La pasada semana se publicó el informe Pisa: un termómetro de nuestra salud educativa. La pandemia hizo mella en todas las comunidades autónomas. Unas fueron capaces de levantar cabeza en medio de la tormenta; otras, no. Galicia está entre las primeras. Continúa, junto con Castilla y León,........

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