Una de las expresiones más desgarradoras que he escuchado en los últimos tiempos, desgarradora y lamentable, es la que protagonizó Sánchez sin rubor alguno. Dijo que su intención era levantar un muro contra la derecha. La frase tiene su encanto para Sánchez y asociados, pero para la ciudadanía carece del mínimo atractivo. El muro significa enfrentamiento, separación, frentismo e intolerancia. El muro es un agravio contra la convivencia. Y Sánchez es quien protagoniza y lidera a los constructores del muro. El Consejo de Ministros lo ha diseñado a su imagen y semejanza. La característica principal del mismo es el acatamiento total a los designios del líder. Continúan en el consejo la señora Robles y el señor Marlaska, jueces que «acatan» la amnistía en contra de lo que habían dicho meses atrás (su opinión como juristas, obviamente, es relevante). El acatamiento, la carencia de crítica o autocrítica, es la bandera que izan a diario en el muro que construyen. Un muro de cemento armado difícil de derribar. Para ello cuenta con la inestimable ayuda de un partido político: Vox. Lo he escrito en más de una ocasión y lo reitero: sin Vox, Sánchez no continuaría en la presidencia del Gobierno. Fue la campaña nefasta de Vox en Cataluña la que propició el aumento de siete diputados del Partido Socialista en Cataluña. Esos diputados, finalmente, resultaron claves para su investidura.

El muro precisa argamasa constantemente. Y la argamasa fundamental es la provocación. Sin provocación, tampoco gobernarían Sánchez y asociados, porque no existiría Vox. Quizá ese es el motivo por el que tenemos como ministro a Óscar Puente. Sánchez, sin duda, quedó satisfecho con su intervención en la investidura fallida de Feijoo. Su discurso rezumaba rencor. Rencor e intolerancia frente a todo aquello que no sea el consorcio de Sánchez y asociados. Así pues, con acatamiento y rencor, el muro se mantiene firme. Lo que peligra es la convivencia. Lo que peligra es todo lo que la ciudadanía, las instituciones y los partidos políticos han edificado a lo largo de cuarenta años. Años de prosperidad y alternancia en el poder de la izquierda y la derecha. Sánchez y asociados piensan que esa alternancia no es positiva y han erigido el muro. Estoy seguro de que sus cálculos electorales son arriesgados, pero eficaces. En función del muro se ha redactado la Ley de Amnistía y se han otorgado prebendas, antes inimaginables, a Cataluña y el País Vasco. En nombre del muro habrá comunidades de primera categoría y de segunda. Incluso la sociedad y la cultura tienen su muro. Lo ha dicho Víctor Manuel hace unos días: «El problema de España es que tenemos una derecha burra y cateta». Por ventura se ha levantado un muro que nos separe: los de derechas (catetos) a un lado, y los de izquierdas (sensibles e ilustrados), al otro. Es sabido que los de derechas no hemos leído el Quijote. Debían tirar ejemplares, desde el alto del muro, a nuestra cabeza hueca.

QOSHE - La derecha y el muro - Xosé Carlos Caneiro
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La derecha y el muro

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27.11.2023

Una de las expresiones más desgarradoras que he escuchado en los últimos tiempos, desgarradora y lamentable, es la que protagonizó Sánchez sin rubor alguno. Dijo que su intención era levantar un muro contra la derecha. La frase tiene su encanto para Sánchez y asociados, pero para la ciudadanía carece del mínimo atractivo. El muro significa enfrentamiento, separación, frentismo e intolerancia. El muro es un agravio contra la convivencia. Y Sánchez es quien protagoniza y lidera a los constructores del muro. El Consejo de Ministros lo ha diseñado a su imagen y semejanza. La característica principal del mismo es el acatamiento total a los designios del líder. Continúan en el consejo la señora Robles y el señor Marlaska, jueces que........

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