El transporte fluvial y marítimo tiene una antigüedad de milenios. Desde los babilonios y egipcios, que aprovecharon los cauces de Éufrates, Tigris y Nilo, pasando por los griegos y romanos que utilizaron el Mare Nostrum no solo para expandirse militarmente sino para enriquecerse con el comercio, hasta los actuales megaportacontenedores y petroleros que recorren todos los océanos, el agua ha constituido un medio relativamente barato para moverse. Pero, así como la navegación ha supuesto una fuente de riqueza y expansión territorial, también los amigos de lo ajeno y los rivales la han utilizado para piratear o desarrollar trascendentales batallas que han cambiado en numerosas ocasiones el curso de la historia.

Podría esperarse que, dado los enormes avances tecnológicos vividos en el siglo XXI, cuando podemos comunicarnos instantáneamente y con imágenes en directo con cualquier parte del mundo y los satélites nos permiten controlar prácticamente todos los movimientos de personas, la vieja táctica de abordar un buque fuera cosa del pasado. Pero no, si algo han demostrado los últimos conflictos bélicos es que muchas estrategias con las botas en tierra, o sobre el agua, son mucho más eficaces que la tecnología más sofisticada, y que en nuestro mundo globalizado hasta lo más nimio puede afectarnos.

Así, los últimos ataques de los rebeldes hutíes en la boca del mar Rojo han provocado que grandes compañías de transporte marítimo como Maersk, MSC y Hapag-Lloyd hayan anunciado la suspensión de sus servicios por esa zona. Como es de esperar, el incremento de la duración y coste del tránsito desde Asia a Europa, que ahora se hace por el Canal de Suez, así como de los seguros, acabará repercutiendo una vez más en nuestros bolsillos, porque el precio de muchas mercancías, como por ejemplo los vitales chips que se producen en Corea, se verá nuevamente incrementado.

Pero si la amenaza para la economía, sumida en la inflación, es muy grave, hay otras consecuencias que son altamente preocupantes, ya que no solo Egipto perderá una importantísima fuente de ingresos, agravando la irritación de una población muy enojada por lo que sucede en Gaza, sino que puede ser una excusa para desplegar un mayor contingente militar en una zona muy volátil y en un momento muy complicado.

QOSHE - El peligro de navegar por el mar Rojo - Yashmina Shawki
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El peligro de navegar por el mar Rojo

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19.12.2023

El transporte fluvial y marítimo tiene una antigüedad de milenios. Desde los babilonios y egipcios, que aprovecharon los cauces de Éufrates, Tigris y Nilo, pasando por los griegos y romanos que utilizaron el Mare Nostrum no solo para expandirse militarmente sino para enriquecerse con el comercio, hasta los actuales megaportacontenedores y petroleros que recorren todos los océanos, el agua ha constituido un medio relativamente barato para moverse. Pero, así como la navegación ha supuesto una fuente de riqueza y expansión territorial, también los amigos de lo ajeno y los........

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