El 15 de marzo del 2011 comenzaron en Siria las manifestaciones contra el régimen dictatorial del partido Baaz bajo el liderazgo de Bashar al Asad. El levantamiento popular, inspirado en la «revolución de los jazmines» tunecina, originada por la inmolación del joven vendedor callejero Mohamed Bouazizi en diciembre del 2010, no tardó en ser brutalmente reprimido por las fuerzas de seguridad leales al presidente. Pese a la dureza de la reacción de Damasco, el conflicto, lejos de erradicarse, se agravó con la irrupción de una miríada de grupos armados, reflejo de la diversidad étnica, religiosa e ideológica de los sirios, así como de los intereses de los países vecinos, siendo Turquía uno de los elementos más desestabilizadores. Aunque no hay datos totalmente fiables, la OHCHR, ha podido comprobar la muerte de más de 300.000 civiles mientras otras organizaciones la elevan a medio millón.

Trece años después, el conflicto no puede darse por concluido. Si bien la ayuda rusa permitió a Bashar al Asad recuperar el control de más del 65 % del territorio, la FDS —las Fuerzas Democráticas Sirias—, el conglomerado de rebeldes creado en el 2015 controla el 25 %. Del restante 10 %, un 8,6 % está en manos de otras organizaciones y el 1,4 % se encuentra bajo el Gobierno turco. De resultas, según el Fondo para la Población de las Naciones Unidas, 16,7 millones de sirios necesitan asistencia humanitaria en todo el país. Además, estima que más de 12 millones son desplazados forzosos, de los cuales 5,6 millones han buscado refugio en los países vecinos, siendo más de la mitad mujeres, las cuales han sufrido o sufren todo tipo de violencias físicas, mentales y sexuales debido a su gran vulnerabilidad. De acuerdo con Reliefweb, 12,1 millones de sirios, casi la mitad de la población actual, tienen problemas para acceder a los alimentos y, de ellos, 2,9 millones corren el riesgo de sucumbir a la hambruna.

Mientras la atención está focalizada en Gaza, el bombardeo de algunos depósitos de Hezbolá y el atentado de un coche bomba en un concurrido mercado de la ciudad rebelde de Azaz, de mayoría kurda, nos recuerdan que el vecino del norte sigue en guerra y sufre una crisis humanitaria igual o incluso más terrible, pero a nadie parece preocuparle demasiado.

QOSHE - Siria, la crisis olvidada - Yashmina Shawki
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Siria, la crisis olvidada

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02.04.2024

El 15 de marzo del 2011 comenzaron en Siria las manifestaciones contra el régimen dictatorial del partido Baaz bajo el liderazgo de Bashar al Asad. El levantamiento popular, inspirado en la «revolución de los jazmines» tunecina, originada por la inmolación del joven vendedor callejero Mohamed Bouazizi en diciembre del 2010, no tardó en ser brutalmente reprimido por las fuerzas de seguridad leales al presidente. Pese a la dureza de la reacción de Damasco, el conflicto, lejos de erradicarse, se agravó con la irrupción de una miríada........

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