Es imposible no admirar la resiliencia de algunos individuos. Su empeño por mantenerse en el poder les impele a llevar a cabo todo tipo de maniobras impensables para la mayoría de los mortales. Desde embarcarse en guerras crueles para recuperar el apoyo social, tales como Putin, pasando por los que quieren esquivar la acción de la justicia, como Netanyahu, o los que directamente eliminan a la oposición, como Maduro, hasta los que, incapaces de aceptar la derrota, buscan una reelección a toda costa, como Donald Trump.

En un país en el que la defensa de su democracia constituye uno de los pilares que mantiene cohesionados sus estados, sigue resultando sorprendente que un individuo de setenta y siete años, con un sinnúmero de procesos judiciales abiertos y manifiestamente responsable de la mayor agresión al statu quo, como es Donald Trump, siga postulándose como representante del Partido Republicano para las próximas elecciones presidenciales. Más impactante es ver cómo, tras la retirada del contendiente Ron de Santis, tal y como ya se esperaba, ha ganado a Nikky Haley, en las primarias de New Hampshire.

Ineludible cuestionarse qué es lo que hace a Trump tan atractivo y le permite seguir arrastrando a un número increíble de fieles seguidores. No cabe duda de que sus votantes ven en él al adalid de la democracia en su país y admiran su defensa de «América primero», el no involucrarse en guerras de desgaste en el exterior y sus promesas de mejoras en la economía. En cambio, resulta incomprensible que no perciban su ausencia de discurso político, su extremo liberalismo económico, su incapacidad para tomar decisiones en momentos de crisis, su recalcitrante machismo y su defensa, aunque disfrazada, de una sociedad donde los varones blancos cristianos tengan la supremacía. El macho alfa por excelencia.

Por fortuna, Haley no ha tirado la toalla y, aunque no consiga derrotar a Trump, representa la esperanza para la diversidad y para la mitad de la población a la que su opositor quiere relegar a superadas funciones decimonónicas.

QOSHE - Trump, el aspirante a macho alfa - Yashmina Shawki
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Trump, el aspirante a macho alfa

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26.01.2024

Es imposible no admirar la resiliencia de algunos individuos. Su empeño por mantenerse en el poder les impele a llevar a cabo todo tipo de maniobras impensables para la mayoría de los mortales. Desde embarcarse en guerras crueles para recuperar el apoyo social, tales como Putin, pasando por los que quieren esquivar la acción de la justicia, como Netanyahu, o los que directamente eliminan a la oposición, como Maduro, hasta los que, incapaces de aceptar la derrota, buscan una reelección a toda costa, como Donald........

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