MIEDO Y DOLOR
Martes, 20 febrero 2024, 17:19
MIEDO Y DOLOR Tras la fiesta continua que nos trae el mes de diciembre, las patronales, puede surgir un vacío que nos enfrenta con la normalidad. Puede no gustarnos y aburrirnos. Hay que tener cuidado. A mí me pasa y lo comento aquí porque sé que no soy el único. Trato de reflexionar y ayudar. Se diría que inventamos la coartada de la fiesta como evasión de la conducta diaria. La propia biología del sobrevivir no es más que conseguir alimento, techo y en la mayoría de los casos integrase en un grupo social. Muchos desean perpetuarse mediante la descendencia y eso añade más necesidades a las básicas citadas. Más esfuerzo, por tanto. Ahora no basta con sobrevivir. Hemos inventado modos de vivir y dedicamos a ese modo elegido mucho, quizás demasiado tiempo y ese sobresfuerzo genera problemas que alteran el cuerpo, pérdida de salud, y afectan al alma, a la psiquis. Sucede que en ocasiones van apareciendo en el horizonte personal determinados síntomas como pueden ser el miedo y el dolor. No pasa nada. El objetivo que yo trato de comunicar es identificar la causa de esos síntomas y sugerir mecanismos de defensa contra ellos. Esto que parece elemental es lo esencial y para ello pasamos etapas de nuestra vida en formación teórica y su praxis mediante el trabajo. Hasta aquí alguien puede pensar que todo lo citado por mí es tan claro que solo su mención es una perogrullada. Un “deja vu”. Sin embargo, yo no creo que todo el mundo, especialmente en ciertos niveles de edad, haya integrado esa realidad vital y olvida que se trata del cumplimiento de un mandato casi biológico, como puede ser el cumplir un horario, acudir a lo que no es más que a la rutina de lo laboral, por ejemplo. Sucede que pasada la fiesta surge el “día de después” y sentimos como se instala en nosotros una especie de “bucle” reflexivo sobre el futuro. Los medios de comunicación actuales, que ya son planetarios, participan en el sembrado del miedo y prenden en nosotros tomado cuerpo psíquico con derivaciones en lo físico. Nos sentimos desconcertados, desnortados. Surge el miedo. ¿Qué es el miedo? El miedo es una de las emociones primarias del ser humano y los animales (es decir, una de sus reacciones fundamentales y primitivas), y se produce por la presencia (real o imaginaria) de un peligro, un riesgo o una situación amenazante. Se trata de una emoción desagradable, muy vinculada con la ansiedad, y cuyo grado máximo lo representa el terror Según el enfoque conductista, el miedo es una emoción adquirida, es decir, aprendida a través de la experiencia directa o indirecta, de modo que se trata de una reacción defensiva . La idea es que el miedo puede ayudar, una vez identificada la causa, a ser comprendido y luchar contra su negatividad. Fundamentalmente, el miedo es un sentimiento de alerta, equiparable al dolor. Sentimos dolor cuando un estímulo resulta dañino para nuestro bienestar. Con el dolor sucede algo parecido. El dolor es un síntoma. Quizás es más visible que el miedo y eso genera más comprensión en quién lo sufre y lo contempla desde afuera y surge una capa de tolerancia hacia los movimientos en busca de la cura. Las visitas a médicos, a especialistas son recomendadas y seguidas con interés. Frente a eso la búsqueda de especialistas para el combate contra el miedo, sus causas y consecuencias son menos comprendidas y aceptadas como si las personas que lo padecen fueran inferiores difíciles de entender. ¿Cómo terminar esta columna? Sin miedo y por mucho dolor que cause lo afronto con valentía. Yo es lo que hago. Por ejemplo, lo que he puesto en común aquí con usted me serena. Es lo que hace este semanario. Pone en común lo que sucede y eso ayuda a comprender.
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