El otro día, recién salido del oculista, al que había ido para revisarme la graduación, me acerqué a una óptica de mi barrio y les pedí que me hicieran unas gafas bifocales. Ante mi sorpresa, se echaron a reír: «¿No sabe que eso es muy antiguo? Ahora solo hacemos progresivas». Les pedí que me explicaran la diferencia y me dijeron que las bifocales consisten en que la media gafa de arriba es para lejos y la media de abajo para cerca, mientras que las progresivas van pasando suavemente de una distancia a otra, con todos los matices intermedios.

De acuerdo, ya tengo gafas progresivas, pero si la visión física va a funcionar como la psíquica, dudo que sean tan buenas como dicen. Acaba de plantearse por enésima vez el tema de la deuda histórica de la Comunitat Valenciana y el maltrato al que la someten los sucesivos gobiernos de Madrid. ¿Dónde debería mirar un ciudadano valenciano? Si mira a lo lejos, ve el estado español y la confederación de estados que llamamos Unión Europea. Si mira lo más cercano, se encuentra con su autonomía y, acercándose más al objeto, con su comarca y con su población. Se trata de visiones políticas aparentemente inconciliables, tanto como las que resultarían de enfocar el objeto haciendo intervenir a las dos partes de una lente bifocal al mismo tiempo. Los ópticos, que son bastante más listos que los políticos, se dieron cuenta de que las dos partes de la gafa bifocal no pueden usarse al mismo tiempo: no es posible leer con la de arriba ni encontrar de un vistazo a un conocido en el patio de butacas del cine con la de abajo. Sin embargo, nuestra clase política lleva medio siglo obstinándose en topar una y otra vez con el mismo burladero. Algunos, que se proclaman de boquilla autonomistas, privilegian claramente lo común sobre lo diferente; otros, que a gritos se proclaman nacionalistas –de distintas ganaderías– se miran el ombligo con fruición narcisista. Perfecto, como sainete no está mal.

El problema surge en cuanto aparece una cuestión concreta que es necesario resolver. Por ejemplo, la carencia de agua en Cataluña y especialmente en Barcelona donde el desastre es de tal magnitud que se va a llevar agua desde Sagunto en barco. Bueno, no se alteren, es lo que llevábamos pidiendo los valencianos con el transvase Tajo-Segura y siempre nos pareció que las reticencias de los manchegos eran fruto del egoísmo. Ahora nos piden algo parecido desde el norte y ponemos el grito en el cielo cuando apelan a nuestra solidaridad estos solicitantes que la han estado racaneando durante años.

Decía el cura del chiste que predicar no es dar trigo. Así es. Los políticos viven de sus cuentos, calientan gratuitamente al personal y, luego, si te he visto, no me acuerdo. Habrá que fabricarlos progresivos, que no es lo mismo que sedicentes progresistas. Una lente progresiva va pasando suavemente de cerca a lejos o al revés sin descuidar las distancias intermedias. Un político progresivo debería saber elevarse desde su pueblo hasta su región y luego hasta su país para acabar recalando en la confederación europea. No es fácil fabricar estos progresivos, pero no nos queda otra. De lo contrario nos convertiremos en una tierra de facciosos –que tampoco es lo mismo que fascistas– apuntados, según convenga, al bando de los jacobinos, los que miran de lejos, o al bando de los girondinos, los que no ven más allá de sus narices. En otras palabras: llevamos camino de ser unos cegatos armados de anacrónicas gafas bifocales.

QOSHE - Gafas bifocales - Ángel López García-Molins
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Gafas bifocales

5 0
11.02.2024

El otro día, recién salido del oculista, al que había ido para revisarme la graduación, me acerqué a una óptica de mi barrio y les pedí que me hicieran unas gafas bifocales. Ante mi sorpresa, se echaron a reír: «¿No sabe que eso es muy antiguo? Ahora solo hacemos progresivas». Les pedí que me explicaran la diferencia y me dijeron que las bifocales consisten en que la media gafa de arriba es para lejos y la media de abajo para cerca, mientras que las progresivas van pasando suavemente de una distancia a otra, con todos los matices intermedios.

De acuerdo, ya tengo gafas progresivas, pero si la visión física va a funcionar como la psíquica, dudo que sean tan buenas como dicen. Acaba de plantearse por enésima vez el tema de la deuda histórica de la Comunitat Valenciana y el maltrato al que la someten los sucesivos gobiernos de Madrid. ¿Dónde debería........

© Levante


Get it on Google Play