El 9 de febrero, aprovechando el inicio del carnaval, el primer parque de atracciones de España y cuarto de Europa en número de visitantes, volverá a abrir las puertas los fines de semana. A partir del 22 de marzo lo hará ya todos los días. Tras un mes de receso después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, este debe ser el año donde Port Aventura defina su futuro accionarial y de negocio.

Las especulaciones sobre un cambio de propiedad y la venta de activos rodearon los últimos meses del grupo. «Investindustrial no ha anunciado la venta de Port Aventura. Como firma de inversión no comentamos especulaciones del mercado sobre adquisiciones o ventas de activos», señala una portavoz del grupo italiano propiedad de la familia Bonomi que cuenta con 13.000 millones de euros de capital levantado.

En España, Investindustrial tiene el 50,1% de Port Aventura, además de controlar la firma gallega de educación Northius y la de productos de belleza Virospack. Este fondo entró en Port Aventura en 2012 al comprar la totalidad del grupo a Criteria, el brazo inversor del grupo Caixa. Al cabo de un año, Bonomi vendió un 49,9% del parque a la firma inversora estadounidense KKR. En aquel momento, el parque se valoró entre 350 y 400 millones. Las dos participaciones se agruparon en la holding holandesa Resort. Criteria mantiene al lado del parque uno de sus grandes proyectos inmobiliarios: Infinitum.

Desde la propiedad y en el sector no sólo se enfría una posible transacción corporativa, también la posibilidad de segregar los activos hoteleros del grupo. Port Aventura, ubicado en los municipios de Vilaseca y Salou, cuenta con nueve alojamientos, tres de ellos fuera del parque. En la reciente celebrada feria de Fitur, anunció el lanzamiento de una nueva marca, Ponient, con la que quiere gestionar hoteles y aumentar la oferta facilitando la compra de paquetes vacacionales a los turistas que quieran ir al parque.

«Es cierto que hubo cierto ruido hace meses sobre la posibilidad de que Port Aventura pudiera vender sus hoteles, pero nunca hubo un proceso claro y estructurado en el mercado de venta», afirman desde el sector. «Port Aventura no quiere vender sus activos; quiere seguir creciendo en oferta de habitaciones para los visitantes al parque», explican otras fuentes. Desde el parque su objetivo es duplicar el número de habitaciones hasta llegar a las 6.000 en los próximos años.

Con un precio de la entrada por persona mayor de 12 años a partir de 40 euros, sin promoción, Port Aventura espera anunciar a principios de mes que en 2023 habrá superado los 5,2 millones de visitantes que marcaron su récord en 2019, antes de la pandemia. Para 2023 se esperan unas ventas que podrían escalar a los 300 millones y un beneficio de alrededor 35 millones.

¿Hacia dónde puede crecer más allá de la gestión de hoteles, el centro de convenciones y de ir inaugurando o remodelando varias atracciones al año? Es el rumbo que deberá decidir su flamante nuevo CEO, Álex Cruz, un histórico del sector aéreo que se ha subido a la montaña rusa. Y mientras, los accionistas, aguantarán el tiempo que haga falta. Como antecedente, Investindustrial ya tuvo en su cartera el parque más grande de Italia, Gardaland, que acabó vendiendo y hoy pertenece al grupo británico Merlin Entertainments, propietario también de los parques Legoland y Alton Tower.