Todo país es único y singular para el periodista y politólogo clásico. El análisis del devenir público-político exige concentración en el objeto analizado. Sin embargo, nadie renuncia a la posibilidad de comparar realidades políticas diferentes. Hace tiempo llegó a España una ola comparatista a la hora de ejercer el análisis político que, sin duda alguna, está desplazando a quienes creen que lo de España es algo inédito en el mundo. Tiendo a creer que los diagnósticos de los comparatistas son discutibles, pero dignos de ser tenidos en cuenta. Hay uno muy popular al que nadie le planta cara en términos intelectuales. Pocos analistas decentes lo cuestionan. Por eso, precisamente, lo traigo aquí. Retengámoslo en su expresión más recia y contundente: Sánchez es un personaje de la ralea de Hugo Chavez Frías, q.p.d., y de Maduro. Ese dicho ha pasado de los tabernáculos españoles a las redacciones de los periódicos, donde pocas redacciones han dejado de insinuar que España va camino de Venezuela; otros, más severos a la hora de ejercer la crítica a la degeneración del sanchismo-comunismo, advierten que esto es peor Venezuela, pues que, al fin y al cabo, aquí manda un prófugo de la justicia, Puigdemont, sobre el tal Sánchez.

Yo sigo pensando en la línea de quienes nos consideran diferentes, únicos y singulares, pero reconozco la verosimilitud de los argumentos de los comparatistas. En otros términos, si es verdad que Sánchez se parece cada vez más al finado Chavez Frías y al vivito Maduro, entonces también la Oposición española —PP y VOX— no se libra de ser comparada con la ejercida por los partidos opositores a la dictadura venezolana de Maduro. De esa oposición se puede decir todo, excepto que escape fácilmente de ser descalificada como incapaz, torpe, zafia y, casi siempre, ridícula. ¡El caso de González Pons es de mascletá o traca valenciana! Y es que, como diría el clásico, la ciencia de la oposición es más difícil que la ciencia del gobierno. Nada diré de la cobardía de los dirigentes de la Oposición española. Tampoco de su pertenencia a una casta política acomodada que prefiere estar antes viéndolas desde la barrera, como dice el refranero español, que tomando decisiones. Pero, en mi opinión, es menester y necesario recordar los tópicos de la oposición venezolana que repite la española como amaestrado papagayo.

Si dejamos aparte la machacona tesis del fraude, la mentira y el engaño que representa Sánchez, aunque todavía Feijóo sigue diciendo que le gustaría llegar a grandes acuerdos con el PSOE, a la Oposición le cuesta un mundo el deber de revisarse, cuestionarse y criticarse por sus torpezas. En eso, en la carencia de autocrítica, la oposición venezolana ha creado escuela en el mundo. A partir de ahí, existen una serie de pasos, o mejor dicho, de malos pasos dados por los opositores venezolanos que repiten los españoles. Basta destacar tres de esos errores para saber qué nos jugamos en eso la democracia. En primer lugar, el PP no quiere enterarse de que Sánchez es el representante europeo del neocomunismo bolivariano; en segundo lugar, estamos ante una dictadura de nuevo cuño, pero la oposición española todavía se comporta como si esto fuera un régimen político democrático; y, en tercer lugar, no plantearse que ha sido la ideología, la agitación y la propaganda del sanchismo en todas las agencias educativas, especialmente la universidad, culturales, desde la televisión y el cine hasta los libros de texto, y jurídicas donde se ha cimentado el poder dictatorial de Sánchez y Puigdemont.

Y, sobre todo, el principal defecto de nuestra oposición, como la de Venezuela, es no atreverse hablar de Política con mayúscula. ¿Para cuándo un proyecto nacional que logre ilusionar a todos los españoles?

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Oposición a la venezolana

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25.01.2024

Todo país es único y singular para el periodista y politólogo clásico. El análisis del devenir público-político exige concentración en el objeto analizado. Sin embargo, nadie renuncia a la posibilidad de comparar realidades políticas diferentes. Hace tiempo llegó a España una ola comparatista a la hora de ejercer el análisis político que, sin duda alguna, está desplazando a quienes creen que lo de España es algo inédito en el mundo. Tiendo a creer que los diagnósticos de los comparatistas son discutibles, pero dignos de ser tenidos en cuenta. Hay uno muy popular al que nadie le planta cara en términos intelectuales. Pocos analistas decentes lo cuestionan. Por eso, precisamente, lo traigo aquí. Retengámoslo en su expresión más recia y contundente: Sánchez es un personaje de la ralea de Hugo Chavez Frías, q.p.d., y de Maduro. Ese dicho ha pasado de los tabernáculos españoles a las redacciones de los periódicos, donde pocas........

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