Semana Santa. Española. Todas contienen novedad. Muerte y resurrección de Dios. Todas las Semanas Santas traen recuerdos. Buenos, malos y trágicos. La legalización del PCE, en 1977, fue asociada a un sentimiento colectivo de reconciliación entre los españoles. Todas las Semanas Santas nos ofrecen la oportunidad de pensar sobre los vínculos entre en el sentido o sin-sentido individual de la existencia y la vida colectiva de una nación. La expulsión de su cátedra en la universidad, en la Semana Santa del 2002, por ser un funcionario ejemplar, o sea libre, señalaba el tortuoso camino que le esperaba a España por carecer de élites políticas e intelectuales a la altura de un país normal. Civilizado. Nuestro signos de barbarie son múltiples y diversos, pero quizá uno de los más graves sea la carencia de una Universidad relevante en el conjunto de la sociedad del conocimiento. También la Semana Santa de 2024 nos muestra el lado más siniestro de la tragedia: la nación está siendo descuartizada por una banda de individuos sin otro objetivo que su enriquecimiento personal.

Vivimos en vilo, entre gobernantes corruptos y una sociedad nihilista, esperando lo peor. Vivimos los momentos previos a un país al borde de una gran explosión. El nivel de crispación, enfrentamiento y persecución del Gobierno contra la Oposición y la sociedad civil, es decir, la parte más desarrollada moral y políticamente de la población, está tocando fondo. Vivimos para sobrevivir a la tragedia que se cierne sobre España. Y, sin embargo, tenemos la obligación de buscar salidas. Primera y principal: mostrar con precisión la tragedia al desnudo para que nadie se engañe. Segunda y no menos fundamental: sacudir por los hombros a la Oposición para que reaccione y abandone definitivamente los comportamientos melifluos e indolentes.

Es menester, sí, esforzarse intelectual y moralmente para despertar la conciencia de los españoles. Claro que debemos comparar el hoy con las fechas previas al 18 de julio de 1936. Los españoles de entonces no sospechaban, mientras preparaban o disfrutaban de las vacaciones de verano, que se cernía sobre ellos una de las mayores tragedias de la humanidad: una guerra civil. Ahora, como en el 36, la principal tarea del Gobierno es perseguir a la Oposición. La manipulación de todos los aparatos del Estado para destruir política y personalmente a los miembros más relevantes, o mejor, excelentes de la Oposición, es la obsesión de un gobierno corrupto y sin otra "legitimidad" que la mendigada a un huido de la justicia.

Esto no es, ciertamente, Venezuela ni Rusia. Es muchísimo peor, porque se utiliza una mezcolanza de estas dos terribles autocracias de nuestra época para hacernos creer en un simulacro perfecto: el peso de la corrupción es de tal magnitud que el Gobierno caerá, más pronto que tarde, de un momento a otro. ¡Ya! Pero no cae, mientras que el nivel de deterioro institucional, económico y moral de la sociedad nos sitúa al lado de las peores repúblicas del mundo; sí, no dejamos de pedir auxilios al exterior para que nos salve de nuestras miserias… porque mal hemos de estar, cuando pedimos ayuda a Europa para que resuelva nuestros problemas institucionales más inmediatos, por ejemplo, el funcionamiento del Consejo General del Poder Judicial. Ver al fulano del PP con el del PSOE, al lado del tipo de la UE, para pactar no sé qué tipo de basura, provoca nauseas. Parecidas angustias me producen los creadores de opinión pública que tiran la toalla nacional y buscan que la UE nos saque del lío… Falsedad sobre falsedad.

Y es que el régimen sanchista, esa síntesis de matonismo sociata, violencia separatista y hedonismo barato, ha logrado algo inédito. Ha hecho creer, naturalmente, con el apoyo de sus "intelectuales" orgánicos y la mayoría de las universidades y medios de comunicación, que la miseria moral de entregarse a un forajido, la indignidad personal de mentir permanentemente y, por supuesto, perseguir con saña a todo lo que sea excelente constituye el funcionamiento normal de una sociedad… Eso es, exactamente, lo que debe combatir con brío e inteligencia la Oposición. O sea, es necesaria una Moción de Censura

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Semana de muerte y resurrección

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25.03.2024

Semana Santa. Española. Todas contienen novedad. Muerte y resurrección de Dios. Todas las Semanas Santas traen recuerdos. Buenos, malos y trágicos. La legalización del PCE, en 1977, fue asociada a un sentimiento colectivo de reconciliación entre los españoles. Todas las Semanas Santas nos ofrecen la oportunidad de pensar sobre los vínculos entre en el sentido o sin-sentido individual de la existencia y la vida colectiva de una nación. La expulsión de su cátedra en la universidad, en la Semana Santa del 2002, por ser un funcionario ejemplar, o sea libre, señalaba el tortuoso camino que le esperaba a España por carecer de élites políticas e intelectuales a la altura de un país normal. Civilizado. Nuestro signos de barbarie son múltiples y diversos, pero quizá uno de los más graves sea la carencia de una Universidad relevante en el conjunto de la sociedad del conocimiento. También la Semana Santa de 2024 nos muestra el lado más siniestro de la tragedia: la nación está siendo descuartizada por una banda de individuos sin otro........

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