Ante la aptitud abiertamente tramposa del sofista ha llegado la hora de exigir un referéndum para que el pueblo español se pronuncie sobre la amnistía. Si negó la constitucionalidad de la amnistía antes de las elecciones y cambió de opinión después de ellas, es imperativo que la ciudadanía española se pronuncie sobre tal cambio. Y más cuando todo a su alrededor huele a trampa.

Desde la presentación de la proposición de ley de amnistía del grupo socialista en el Congreso, en lugar de un proyecto de ley del Gobierno, a su tramitación de urgencia con la complicidad de la correveidile que ocupa la presidencia del Congreso para eludir los dictámenes del Consejo General del Poder Judicial y del Consejo de Estado para evitar que les dejen con las vergüenzas al aire. Cuánto filibusterismo parlamentario para ahorrarse el bochorno. El propio Pedro Sánchez, para evitar enfrentarse al morlaco y borrar toda constancia gráfica de su responsabilidad en la felonía, cuadró su agenda con la chacha que le dispone la agenda del Congreso a su antojo.

¡Qué cobarde es el guaperas! Utiliza a cada zascandil que le rodea para no arrugarse el traje azul perla. ¡Cuánto se debe valorar para preservarse tanto! Aunque en esta ocasión, la mayoría de sus ministros hicieron lo propio dejando la bancada del gobierno casi desierta. 14 de sus miembros en la presentación del libro de Pedro el día anterior, y espantada en la proposición de ley más importante de la legislatura. Un día después, connivencia para quitarle la alcaldía de Pamplona a UPN y dársela a Bildu. Y hoy mismo, el secretario general de Junts per Cat, Jordi Turull, confirmando un próximo encuentro "de los dos presidentes", Puigdemont y Sánchez en el extranjero. ¿Es que no tienen vergüenza?

Ante tanta afrenta, nos hemos de poner en lo peor. Ya sabemos que Pedro Sánchez y sus cómplices están dispuestos a sostener y hacer lo que sea con tal de atrincherarse en el poder. El discurso de Sánchez ayer en el Parlamento Europeo lo corrobora. Llamó nazis a la mitad de los alemanes con la misma soltura que llama fachas a la mitad de los españoles. Comprobado el éxito nacional de la polarización, no ha dudado en exportarlo a Europa.

Como un vulgar camorrista abroncó al líder del PPE, el democristiano alemán Manfred Weber cuando éste le recordó que no se puede prometer tres días antes de las elecciones no conceder una amnistía y después darla. "¿Qué sabe usted de las políticas desplegadas por Vox con el Partido Popular?", le retó sobrado. Para a continuación soltar una sarta de mentiras como nos tiene acostumbrados en España, incluida la de que PP y Vox están restaurando calles y plazas con nombres franquistas, y soltar ofensivo: "¿Ese sería su plan para Alemania, devolverle a las calles y plazas de Berlín el nombre de los líderes del III Raich?". Defecado el exabrupto salió del hemiciclo dejando a Weber con la palabra en la boca. No fue sólo mala educación, como le han criticado algunos medios, fue un acto de chulería impropio de su cargo. Y posiblemente un rasgo más de su psicopatología. ¡Ay de aquel que le contradiga! Aunque barrunto que en Europa le acaban de ver el plumero.

El mismo día en el Congreso español en el debate de la amnistía. Cuando ves a Patxi comparar esta compra-venta de impunidad con la amnistía del 77, y justificarla con argumentos estrafalarios, comprendes que están dispuestos a convertir el agua en vino y cobrarlo como wiski. Todo es posible para estos analfabetos maliciosos. Ya sólo parece quedar la sorna gallega: "Patxi, ¿pero tú sabes que es una amnistía?" como eco de aquella otra tan celebrada del vasco: "Pedro, ¿pero tú sabes qué es una nación"?

Visto el cinismo del tirano y las desvergüenzas de sus diputados para justificar lo injustificable, nada está ya a salvo. Han entrado en una espiral amoral imparable. Nada los frenará porque sus actos e intenciones son y sobrevivirán transgrediendo todo y haciendo y diciendo lo que haga falta para lograr mantenerse en el poder a cualquier precio.

Llegados a este punto, y vistas sus intenciones, el pueblo español debe exigir un referéndum sobre la amnistía, ¡ya! una vez agotados todos los recursos legales y jurídicos, y movilizaciones sociales. Aquí y en Europa. Nunca como ahora es necesaria la pedagogía internacional.

Felicidades, Pedro. 150 años de catalanismo no han logrado lo que tú solito has conseguido de la noche a la mañana con una firma clandestina: internacionalizar el conflicto y asumir su marco mental, su relato, su delirio y su toxicidad. Lo has logrado, campeón, la secta socialista que te sigue está más entregada a la defensa de la impunidad, que sus propios responsables. Ni en el más loco de los sueños, nadie en ese mundo supremacista pudo imaginar tanta ventura, ni en nuestras peores pesadillas, intuirlo. Si no te dan la Creu de Sant Jordi este año, sería una afrenta que ningún socialista de bien debería consentir.

Escucha a Miriam Nogueras y a ese pequeño catalibán de Jordi Turull; la pesadilla no ha hecho más que empezar.

QOSHE - Referéndum sobre la amnistía, ¡ya! - Antonio Robles
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Referéndum sobre la amnistía, ¡ya!

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15.12.2023

Ante la aptitud abiertamente tramposa del sofista ha llegado la hora de exigir un referéndum para que el pueblo español se pronuncie sobre la amnistía. Si negó la constitucionalidad de la amnistía antes de las elecciones y cambió de opinión después de ellas, es imperativo que la ciudadanía española se pronuncie sobre tal cambio. Y más cuando todo a su alrededor huele a trampa.

Desde la presentación de la proposición de ley de amnistía del grupo socialista en el Congreso, en lugar de un proyecto de ley del Gobierno, a su tramitación de urgencia con la complicidad de la correveidile que ocupa la presidencia del Congreso para eludir los dictámenes del Consejo General del Poder Judicial y del Consejo de Estado para evitar que les dejen con las vergüenzas al aire. Cuánto filibusterismo parlamentario para ahorrarse el bochorno. El propio Pedro Sánchez, para evitar enfrentarse al morlaco y borrar toda constancia gráfica de su responsabilidad en la felonía, cuadró su agenda con la chacha que le dispone la agenda del Congreso a su antojo.

¡Qué cobarde es el guaperas! Utiliza a cada zascandil que le rodea para no arrugarse el traje azul perla. ¡Cuánto se debe valorar para preservarse tanto! Aunque en esta ocasión, la mayoría de sus ministros hicieron lo propio........

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