La gran movilización social que se ha producido este pasado domingo en muchas plazas de España y las llevadas a cabo cerca de la sede socialista de la calle Ferraz en Madrid recuerda bastante a la que hubo hace veintiséis años, en el País Vasco y en muchos puntos del resto de nuestro País, tras el asesinato en julio de 1997 del joven concejal del PP, Miguel Ángel Blanco.

Para los tertulianos apesebrados del sanchismo y para los dirigentes socialistas y de Sumar que, en su profunda ignorancia y sectarismo, creen que el grito de "Basta Ya" fue algo dirigido únicamente contra ETA, conviene aclararles que fue mucho más. Fue el clamor de una sociedad, la vasca en particular y la española en general, muy castigada por el terrorismo, pero también por el nacionalismo obligatorio impuesto por el PNV gobernante en el País Vasco; por la existencia de un clima irrespirable en la Comunidad Autónoma Vasca y de alguna manera también en Navarra, por esa mezcla explosiva de nacionalismo y empleo de la violencia, que conseguía expulsarte de esa tierra, como de hecho pasó.

Veintiséis años después, otro "Basta Ya" ha surgido por las calles y plazas de España. Un "Basta Ya" dirigido fundamentalmente a Sánchez, por sus cesiones y concesiones de todo tipo a los independentistas catalanes de Junts y ERC, a los herederos políticos de ETA y a los nacionalistas, también independentistas del PNV, para conseguir única y exclusivamente sus votos y sacar adelante la investidura.

Los ciudadanos que han salido a las calles, y otros muchos que no lo han hecho, están indignados con estas concesiones; con las vergonzosas negociaciones mantenidas fuera de España con un prófugo de la justicia; con la ley de amnistía que dejará sin efecto las condenas y borrará los delitos cometidos por aquellos que dieron un golpe de Estado desde Cataluña en 2017; por que además haya que pagarles la deuda económica a los catalanes; por la aceptación de que habrá cuatro verificadores internacionales para seguir el cumplimiento de los acuerdos, como si España fuera una república bananera; por la promesa de ir avanzando en un referéndum de autodeterminación; por la ruptura de la separación de poderes; por la revisión en comisión parlamentaria de juicios llevados a cabo y que afectan de una manera u otra a personas relacionadas con los independentistas de Junts.

En definitiva, es un "Basta Ya" ante la intención de Sánchez de romper el espíritu constitucional del 78, porque ese es un objetivo desde que llegó al poder en 2018, y para mantenerse en él, después de haber perdido las elecciones el pasado 23-J, no ha tenido ningún reparo en pactar lo que hiciera falta con lo mejor de cada casa.

Muchos pensarán que al autócrata que esta semana sacará adelante la investidura como presidente, le importará de muy poco a nada el clamor de la calle y de multitud de asociaciones, colegios profesionales y agrupaciones funcionariales por sus pactos. Incluso este lunes se ha pronunciado el Tribunal Supremo para denunciar la injerencia del poder ejecutivo en el judicial. Personalmente creo que en su fuero interno sí le afectan. Un personaje tan soberbio, tan pagado de sí mismo, que se cree un semidios, tiene que llevar muy mal esta marea social y ciudadana que se ha producido en España en los últimos diez días. Él, en su prepotencia, en su fatuidad, lo ha definido como un síntoma de la "rabia" de la derecha. No entiende nada de lo que está pasando y, por eso, más dura será su caída.

Sánchez y sus ministros —los conocidos, porque hay otros a los que no se les pone cara— no podrán salir ya a la calle con un mínimo de tranquilidad. Si lo hacen, que no lo harán, correrán el riesgo de ser increpados, insultados, rechazados por una gran parte de la ciudadanía. Tendrán que medir muy bien sus movimientos: actos cerrados, blindados, reservados. Ya sucedió el pasado viernes en Málaga. Sánchez y el canciller alemán Olaf Scholz tuvieron que esperar una hora dentro de la Subdelegación del Gobierno para poder salir, porque en el exterior le esperaban al presidente del Gobierno un buen grupo de manifestantes. Esa será la tónica habitual, que Sánchez se ha ganado a pulso, al generar, con sus pactos, con su actitud, con su desprecio a quienes no piensan como él, tanto rechazo y crispación.

Pero ese "Basta Ya" vivido estos días en muchos lugares de nuestra Nación debe tener continuidad. Esto ha sido el punto de partida, que debe mantenerse en el tiempo, no cansarse, no resignarse. Junto a la movilización social tendrá que haber una estrategia de los partidos de la oposición en el Congreso y Senado, en las Comunidades Autónomas, en los tribunales de justicia, en Europa. Hay que hacerle todo lo incómodo que sea posible la gobernabilidad a Sánchez para que llegue un momento en que no pueda más, disuelva las Cortes y convoque unas nuevas elecciones. La alternativa de centro-derecha tiene que ir preparándose para ese momento, para echar democráticamente del poder a este personaje que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a España. El desprecio que siente por los españoles que no piensan como él será su perdición.

QOSHE - Basta ya a Sánchez y a los nacionalistas - Cayetano González
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Basta ya a Sánchez y a los nacionalistas

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14.11.2023

La gran movilización social que se ha producido este pasado domingo en muchas plazas de España y las llevadas a cabo cerca de la sede socialista de la calle Ferraz en Madrid recuerda bastante a la que hubo hace veintiséis años, en el País Vasco y en muchos puntos del resto de nuestro País, tras el asesinato en julio de 1997 del joven concejal del PP, Miguel Ángel Blanco.

Para los tertulianos apesebrados del sanchismo y para los dirigentes socialistas y de Sumar que, en su profunda ignorancia y sectarismo, creen que el grito de "Basta Ya" fue algo dirigido únicamente contra ETA, conviene aclararles que fue mucho más. Fue el clamor de una sociedad, la vasca en particular y la española en general, muy castigada por el terrorismo, pero también por el nacionalismo obligatorio impuesto por el PNV gobernante en el País Vasco; por la existencia de un clima irrespirable en la Comunidad Autónoma Vasca y de alguna manera también en Navarra, por esa mezcla explosiva de nacionalismo y empleo de la violencia, que conseguía expulsarte de esa tierra, como de hecho pasó.

Veintiséis años después, otro "Basta Ya" ha surgido por las calles y plazas de España. Un "Basta Ya" dirigido fundamentalmente a Sánchez, por sus cesiones y concesiones de todo tipo a los........

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