Este lunes ha fallecido José Antonio Ardanza Garro, que fue Lehendakari del Gobierno Vasco entre 1986 y 1999. Ardanza sustituyó a Carlos Garaikoetxea, tras la escisión que sufrió el PNV en setiembre de 1986 y que dio lugar al nacimiento de Eusko Alkartasuna, partido actualmente integrado en Bildu.

Ardanza era una buena persona, honrada, dialogante, buen gestor, nacionalista a carta cabal, aunque esto último no le impedía mantener buena relación, personal y política, con quien no lo era.

Tuve la oportunidad de tratar mucho a Ardanza, durante mi etapa de periodista en el País Vasco. Aparte de diversas entrevistas que le hice para la agencia EFE, Europa Press y Vasco Press, mantuvimos varios encuentros "off the record" en los que se explayaba con bastante naturalidad. Siempre me trató con mucha cordialidad, incluso con cercanía, con respeto, aun sabiendo que nuestros planteamientos ideológicos eran muy diferentes: él, como he dicho anteriormente, era un nacionalista convencido, y sabía que yo no lo era.

Ardanza tuvo que hacerse cargo de la Presidencia del Gobierno Vasco en un momento crítico que vivió su partido, el PNV. La escisión que sufrió en 1986 y el consiguiente nacimiento de Eusko Alkartasuna fue traumática, y el entonces presidente del PNV, Xabier Arzalluz, tuvo que echar mano de Ardanza —que en aquel momento era Diputado General de Guipúzcoa— para sustituir a un lehendakari muy popular, con gran capacidad de liderazgo, como era Carlos Garaikoetxea.

Las elecciones a las que Ardanza se presentó como candidato a lehendakari por el PNV —noviembre de 1986— las ganó el PSE con el ya fallecido Txiki Benegas como cabeza de cartel. Los socialistas vascos tuvieron 19 diputados; PNV, 17; Eusko Alkartasuna, 13; Herri Batasuna, 13; Euskadiko Ezkerra, 9; Coalición Popular, 2 y CDS, 2. Es decir, la escisión del PNV había supuesto para este partido un buen roto electoral, y era la primera vez desde la transición política que podía perder el poder. De hecho, el PSE, EA y EE intentaron pactar un gobierno tripartito que fue bautizado como el "gobierno de la Seguridad Social", porque la condición "sine qua non" que puso Garaikoetxea para apoyarlo era que el Gobierno Central transfiriera la competencia de la Seguridad Social, incluida la Caja única, algo a lo que el ejecutivo presidido entonces por Felipe González se negó en redondo, con el apoyo de los sindicatos UGT y CC.OO., porque eso hubiera supuesto la ruptura de la igualdad territorial. Treinta y ocho años más tarde, Pedro Sánchez se ha comprometido con el PNV a realizar esa transferencia de la Caja única al Gobierno Vasco. Así se escribe la historia.

Ante la imposibilidad de ese "tripartito", y por instrucciones de Felipe González, Txiki Benegas le ofreció al PNV un pacto, en el que el lehendakari sería Ardanza, a pesar de haber sacado dos escaños menos que los socialistas. Eran unos tiempos es los que, en los círculos políticos de Madrid, se consideraba que desplazar al PNV del poder era casi un sacrilegio, y los socialistas no se atrevieron a dar ese paso.

La iniciativa política que le tocó impulsar a Ardanza fue la conocida como Mesa de Ajuria-Enea en la que estaban integrados todos los partidos políticos menos Herri Batasuna y que tuvo como objetivo prioritario elaborar y firmar un pacto antiterrorista. Se consiguió, no después de mucho esfuerzo, el 12 de enero de 1988 y que llevó por nombre "Acuerdo para la Pacificación y Normalización de Euskadi".

Ese pacto sirvió para reaccionar desde las Instituciones y movilizar a la sociedad vasca ante los atentados de ETA. Fue especialmente relevante su papel durante el asesinato a cámara lenta en julio de 1997 de Miguel Ángel Blanco. La Mesa de Ajuria-Enea, con Ardanza al frente, hizo un llamamiento contundente a ETA para que liberase al joven concejal del PP, cosa que como es sabido no sucedió, ya que la banda terrorista asesinó a Blanco.

Al poco tiempo, la Mesa de Ajuria-Enea y el pacto antiterrorista que habían firmado dejó de tener vigencia. El PNV y EA —Ardanza evidentemente lo sabía—, ya estaban negociando con ETA en lo que dio lugar al conocido como Pacto de Estella firmado en setiembre de 1998. Meses antes, con el PP ya en el Gobierno, Ardanza había propuesto a la Mesa de Ajuria-Enea un plan, que incluía negociar con Herri Batasuna, pero que fue rechazado tajantemente por el representante popular en la citada Mesa, Carlos Iturgaiz, postura que fue secundada por el representante del PSE, Nicolás Redondo.

Esa propuesta de Ardanza, obviamente impulsada y coordinada con su partido, dilapidó de alguna manera el discurso contra el terrorismo que había mantenido el lehendakari hasta entonces. Ardanza —ningún nacionalista había ido tan lejos, salvo Atutxa en su etapa de Consejero de Interior— llegó a afirmar desde la tribuna del Parlamento Vasco, que sus profundas diferencias con ETA no sólo se limitaban a los medios que utilizaba la banda terrorista, sino también con los fines que perseguía.

En las elecciones autonómicas de 1999 Ardanza decidió no presentarse como candidato a lehendakari y fue sustituido por Juan José Ibarretxe, que llevó adelante al poco tiempo de llegar a Ajuria-Enea, el plan que tenía su nombre, y que, tras ser aprobado en el Parlamento Vasco, fue rechazado en el Congreso de los Diputados por el voto en contra de los dos grandes partidos nacionales, el PP y el PSOE.

Ardanza, persona de convicciones religiosas, se retiró de la primera fila de la política cuando dejó Ajuria-Enea, fue Presidente durante varios años de la empresa de telefonía vasca Euskaltel, participó en algunos actos del PNV y dedicó a su mujer, hijos y nietos, el tiempo que durante su etapa política no había podido. Descanse en Paz, José Antonio Ardanza.

QOSHE - En recuerdo del lehendakari Ardanza - Cayetano González
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En recuerdo del lehendakari Ardanza

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09.04.2024

Este lunes ha fallecido José Antonio Ardanza Garro, que fue Lehendakari del Gobierno Vasco entre 1986 y 1999. Ardanza sustituyó a Carlos Garaikoetxea, tras la escisión que sufrió el PNV en setiembre de 1986 y que dio lugar al nacimiento de Eusko Alkartasuna, partido actualmente integrado en Bildu.

Ardanza era una buena persona, honrada, dialogante, buen gestor, nacionalista a carta cabal, aunque esto último no le impedía mantener buena relación, personal y política, con quien no lo era.

Tuve la oportunidad de tratar mucho a Ardanza, durante mi etapa de periodista en el País Vasco. Aparte de diversas entrevistas que le hice para la agencia EFE, Europa Press y Vasco Press, mantuvimos varios encuentros "off the record" en los que se explayaba con bastante naturalidad. Siempre me trató con mucha cordialidad, incluso con cercanía, con respeto, aun sabiendo que nuestros planteamientos ideológicos eran muy diferentes: él, como he dicho anteriormente, era un nacionalista convencido, y sabía que yo no lo era.

Ardanza tuvo que hacerse cargo de la Presidencia del Gobierno Vasco en un momento crítico que vivió su partido, el PNV. La escisión que sufrió en 1986 y el consiguiente nacimiento de Eusko Alkartasuna fue traumática, y el entonces presidente del PNV, Xabier Arzalluz, tuvo que echar mano de Ardanza —que en aquel momento era Diputado General de Guipúzcoa— para sustituir a un lehendakari muy popular, con gran........

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