El masivo ataque iraní contra Israel ha puesto al Gobierno de España y a los medios oficialistas en el estado de ánimo medroso aquel: "el mundo a la espera de las represalias de …". Esta gente siempre teme lo que puedan hacer las democracias que son víctimas de ataques. Les sale de dentro, puro instinto. Aparte de esta reacción emocional, el ataque iraní ha tenido otro efecto pernicioso para la salud política del Ejecutivo español. Ha hecho visible, muy visible, que el conflicto israelopalestino no es la simple historieta para niños que estaba contando el presidente estas semanas, mientras promocionaba el reconocimiento del Estado palestino. No lo es, para empezar, por lo que se acaba de ver. Irán es parte implicada, ahí están sus proxys Hezbolá y Hamás, y es bien sabido cuál es la idea del régimen iraní respecto a uno de los dos Estados de la famosa solución. Su idea es barrer a Israel del mapa.

Por culpa de unos cientos de misiles iraníes, a Sánchez se le cae el roadshow que tenía montado, porque nadie serio en la escena internacional va a ponerse a hablar del reconocimiento del Estado palestino. Quizá antes tampoco, pero ahora menos. Los ayatolás, qué se le va a hacer, no han tenido en cuenta la campañita para realzar la imagen de nuestro presidente. Su agenda va por otros derroteros. Se han cargado el intento casi en origen, cuando aún no había dado fruto en una subida, pongamos, de dos o tres puntos en las encuestas. Para eso, la exhibición de protagonismo internacional. De ahí, las simplezas con las que explicaba su receta mágica y que la paseara por los mítines, en plan: "fijaos qué malo fue Aznar, que nos llevó a las Azores y a la guerra ilegal de Irak, y qué bueno soy yo, que voy a llevarme el Nobel de la Paz por lo que voy a hacer por Palestina".

La gira por el reconocimiento del Estado palestino fue, desde su concepción, una gira por el reconocimiento de Sánchez como actor internacional versátil y prestigioso. Ha sido una gira para que lo reconocieran así los españoles y, asunto no menor, para que le oyeran hablando inglés, que es pericia muy valorada. Pero como buena campaña de relaciones públicas, no se sustentaba en nada de nada. Sin una posición de política exterior meditada y consensuada con los principales actores que llevarse a la boca, a Mister Handsome le ha sorprendido de pronto la complejidad del conflicto, la que había negado con la solución fácil, y le ha dejado sin guion, sin nada que decir, sin vías de regreso a la historieta para niños pequeños que iba contando. Nos informó, eso sí, de que había pasado, a causa del ataque, una noche larga y angustiosa. Es el preludio del estado de ánimo medroso tan habitual aquí en las grandes crisis internacionales. Se encogen pensando ¿y qué pasará? los que no saben qué está pasando y no tienen capacidad (ni voluntad) de orientar los acontecimientos.

QOSHE - Irán se carga la gira mundial de Sánchez - Cristina Losada
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Irán se carga la gira mundial de Sánchez

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16.04.2024

El masivo ataque iraní contra Israel ha puesto al Gobierno de España y a los medios oficialistas en el estado de ánimo medroso aquel: "el mundo a la espera de las represalias de …". Esta gente siempre teme lo que puedan hacer las democracias que son víctimas de ataques. Les sale de dentro, puro instinto. Aparte de esta reacción emocional, el ataque iraní ha tenido otro efecto pernicioso para la salud política del Ejecutivo español. Ha hecho visible, muy visible, que el conflicto israelopalestino no es la simple historieta para niños que estaba contando el presidente estas semanas, mientras promocionaba el reconocimiento del Estado palestino. No lo es, para empezar, por lo que se acaba de ver. Irán es parte........

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