Ante la irritación de muchos votantes en el caucus, que vieron cómo todos los medios daban ganador a Trump antes de que el proceso empezara siquiera en su colegio electoral, Iowa confirmó lo que ya saben todos los que sigan mínimamente la actualidad norteamericana: que Donald Trump será el candidato republicano y el 5 de noviembre será una revancha de las elecciones de 2020.

De los cuatro contendientes principales, sólo Vivek Ramaswamy ha decidido por ahora abandonar. Su campaña, en la que se presentó como una suerte de clon joven del propio Trump: empresario, ajeno a la política, combativo, buen comunicador y con unas ideas que parecían una fotocopia de las del veterano, nunca tuvo posibilidades de prosperar dada la presencia del original. Sus votos, previsiblemente, no irán a ninguna de las alternativas restantes sino al propio Trump.

Al margen del irrelevante exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, los otros dos contendientes con posibilidades son Ron DeSantis y Nikki Halley. La exembajadora en la ONU durante el Gobierno de Trump ha empleado la campaña para posicionarse como todo lo contrario al expresidente. Aunque con buenas credenciales en política exterior, partidaria de mantener el apoyo a Ucrania e Israel, sus respuestas a varias preguntas de política doméstica en las últimas semanas la han dejado en mal lugar, aunque se espera que haga un buen papel en New Hampshire el martes que viene.

Por su parte, Ron DeSantis ha demostrado como gobernador de Florida que es el mejor gobernante al que podrían aspirar tener en la Casa Blanca los republicanos. No sólo sus políticas económicas han convertido a Florida en el destino número uno de la emigración interior norteamericana (con California y Nueva York entre las a priori improbables fuentes de emigrantes al estado soleado), sino que ha destacado por ser el principal ariete en la guerra cultural que se vive en Estados Unidos, habiendo logrado torcerle el brazo incluso a la todopoderosa Disney y pasando a la ofensiva contra el nuevo racismo y sexismo que es la ideología woke en las universidades del estado.

Pero a no ser que uno de ellos abandone la carrera y apoye al otro, y aunque así fuera, el resultado casi inevitable es que Donald Trump sea elegido. Sus apoyos han ido creciendo con cada nueva imputación recibida por parte de los fiscales demócratas y cada comparecencia en tribunales. La clarísima doble vara de medir de todas y cada una de estas acusaciones y el flagrante partidismo de los involucrados en intentar meterle en chirona ha provocado entre los republicanos una rebelión ante lo que muchos consideran es la forma en que la izquierda norteamericana embebida en las instituciones públicas planea impedir que vuelvan a celebrarse elecciones libres en Estados Unidos. ¿Y qué mejor modo que apoyar al candidato que más ataques y más odio ha recibido de los demócratas?

No obstante, la principal amenaza contra la que debe luchar Trump es su expulsión de las elecciones en Colorado y Maine, que promete extenderse a otros estados si no lo remedia el Tribunal Supremo, que ha aceptado dirimir la legalidad del caso de Colorado de forma urgente. Las reglas electorales siguen estando en su casi totalidad en manos de los estados, pero en lo que se están basando jueces y políticos para eliminar a Trump de las papeletas es en la decimocuarta enmienda de la Constitución, aprobada tras la Guerra Civil, en la que se prohibía a quienes hubieran estado implicados en "insurrección o rebelión" ocupar cargos públicos o militares.

Hay una cierta discusión legal sobre si la presidencia de Estados Unidos se considera "cargo público" según el uso habitual de esos términos en el lenguaje leguleyo yanqui. Pero lo esencial es que es dudoso considerar el 6 de enero como "insurrección o rebelión", dado que resulta cuanto menos extraño una insurrección en la que los rebeldes no van armados en un país como Estados Unidos y los policías los dejan pasar y acompañan durante su tour por el Capitolio y la única fallecida murió a manos de la policía. Y aún más que Donald Trump, que cuando habló públicamente ese día lo hizo a favor de manifestarse pacíficamente, participara en ella. No me entiendan mal: ya condené aquello cuando sucedió, pero eso no significa que la calificación legal de esos hechos como insurrección no sea una exageración. Más condenable es aún que la base fáctica que usó Colorado para retirar la candidatura de Trump no fuera ninguna acusación o condena por estos hechos contra él, sino el dictamen partidista de una comisión del Congreso cuyas conclusiones todo Estados Unidos sabe que estaban escritas de antemano.

Por supuesto, esta amenaza de dejarle fuera de las elecciones en algunos estados no ha hecho sino reforzar el apoyo de los votantes en las primarias republicanas. Y las encuestas le dan ventaja sobre Biden. Quién sabe si el 20 de enero de 2025 lo primero que tiene que firmar el presidente Trump es su propio indulto.

QOSHE - Trump arrasa gracias a los demócratas - Daniel Rodríguez Herrera
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Trump arrasa gracias a los demócratas

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17.01.2024

Ante la irritación de muchos votantes en el caucus, que vieron cómo todos los medios daban ganador a Trump antes de que el proceso empezara siquiera en su colegio electoral, Iowa confirmó lo que ya saben todos los que sigan mínimamente la actualidad norteamericana: que Donald Trump será el candidato republicano y el 5 de noviembre será una revancha de las elecciones de 2020.

De los cuatro contendientes principales, sólo Vivek Ramaswamy ha decidido por ahora abandonar. Su campaña, en la que se presentó como una suerte de clon joven del propio Trump: empresario, ajeno a la política, combativo, buen comunicador y con unas ideas que parecían una fotocopia de las del veterano, nunca tuvo posibilidades de prosperar dada la presencia del original. Sus votos, previsiblemente, no irán a ninguna de las alternativas restantes sino al propio Trump.

Al margen del irrelevante exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, los otros dos contendientes con posibilidades son Ron DeSantis y Nikki Halley. La exembajadora en la ONU durante el Gobierno de Trump ha empleado la campaña para posicionarse como todo lo contrario al expresidente. Aunque con buenas credenciales en política exterior, partidaria de mantener el apoyo a Ucrania e........

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