La red se llena de albricias y parabienes por haber sido liberado el español encarcelado durante más de un año en Irán. La noticia da para muchos reportajes de interés humano, pero nadie parece interesado en saber qué hemos pagado por la excarcelación de nuestro compatriota inocente. No es el primero. Ya en febrero del año pasado, el régimen iraní puso en libertad a una española que fue también injustamente detenida. Tampoco en aquella ocasión nadie preguntó cuál fue el precio que pagamos. Y está lo del atentado contra Alejo Vidal-Quadras, que se sospechó que fue obra de la dictadura iraní, pero no hemos vuelto a saber nada.

Lo que sí se sabe es que el régimen de los ayatolás detiene a occidentales inocentes para luego presionar a los gobiernos de sus países. Se dice que el objetivo es que levantemos las sanciones que en su día impusimos. Sin embargo, los rehenes salen de la cárcel y las sanciones siguen donde estaban. Interpelado Borrell sobre qué hacía él para liberar a los ciudadanos de la Unión Europea irregularmente detenidos allí, contestó que los Gobiernos de los Estados miembros prefieren negociar discretamente con los clérigos. A veces se trata de negociaciones muy duras, como le pasó a Bélgica, que condenó a un agente de Teherán por planear un atentado en París contra la oposición al régimen y los ayatolás contestaron deteniendo a un belga que pasaba por Teherán y le metieron una condena todavía más elevada sin haber hecho nada el pobre. Luego, lo devolvieron a Bélgica a cambio de su agente terrorista.

Por lo tanto, si hay algo de lo que podemos estar seguros es de que los dos españoles no han sido puestos en libertad gratis. Y tenemos todo el derecho del mundo a saber su precio. Esto no quiere decir que no haya merecido la pena pagarlo. Probablemente, la vida de los dos valga más de lo que hemos satisfecho por ella, pero sería bueno saber exactamente qué ha sido. ¿Tiene todo esto que ver con que, en Europa, seamos los que con más fervor nos oponemos a Israel y defendemos la causa iraní? No se sabe. Cabe sospechar que el régimen de los ayatolás ha comprado de algún modo la voluntad del Gobierno porque, por mucho que a socialistas y comunistas les guste defender los derechos de los civiles en un conflicto, parece que sólo les preocupan los de los palestinos. De los de los ucranianos, víctimas de incontables crímenes de guerra cometidos tras una agresión injustificada e ilegal, dicen mucho menos. Muy especialmente, apenas se escandalizaron por los asesinatos y torturas que los rusos cometieron en Bucha. Esos civiles eran tan civiles como los que mueren en Gaza. ¿Es por tanto la liberación de los españoles, injustamente detenidos, la remuneración al inusitado fervor con el que nuestro Gobierno defiende los derechos violados de los palestinos? ¿Habrá más recompensas que desconocemos? ¿Estarán los rusos pagando también alguna clase de retribución a cambio de que consideremos a los civiles ucranianos de peor clase que los palestinos? Ni Albares lo sabe.

QOSHE - Cuán cara es la misericordia del ayatolá - Emilio Campmany
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Cuán cara es la misericordia del ayatolá

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03.01.2024

La red se llena de albricias y parabienes por haber sido liberado el español encarcelado durante más de un año en Irán. La noticia da para muchos reportajes de interés humano, pero nadie parece interesado en saber qué hemos pagado por la excarcelación de nuestro compatriota inocente. No es el primero. Ya en febrero del año pasado, el régimen iraní puso en libertad a una española que fue también injustamente detenida. Tampoco en aquella ocasión nadie preguntó cuál fue el precio que pagamos. Y está lo del atentado contra Alejo Vidal-Quadras, que se sospechó que fue obra de la dictadura iraní, pero no hemos vuelto a saber nada.

Lo que sí se sabe es que el régimen de los ayatolás detiene a occidentales inocentes para luego presionar a........

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