Por si molestase la expresión de muy atípico, que incluyo en el título, transigiría su cambio por la de muy peculiar, tratando de evitar la primera de ellas, que no era otra que la de deleznable mamarrachada. Razones: más que suficientes para esta expresión inicial.

Llevo muchos años, quizá muchísimos, dedicado a la vida académica, en el Área de Economía Aplicada, complementada, en ocasiones, con la asesoría económica empresarial. Acéptese lo dicho como tarjeta de presentación, sin otorgar valoración alguna al hecho profesional.

Pues, en todo ese largo trayecto, nunca me he encontrado con la presentación de un Balance, por un jefe de Contabilidad, por un director Financiero, incluso por un presidente Ejecutivo, con la estructura de la presentación del presidente del Gobierno, tras el último Consejo de Ministros de 2023.

La cosa adquiere máxima gravedad, si se tiene en cuenta que el presidente Sánchez, acumula en su currículo, el título de Grado en la Licenciatura de Ciencias Económicas, omitiendo, porque no viene al caso, su colación del Grado de Doctor, pero que, de aducirse, incrementaría su gravedad.

¿Cómo –pregunto yo– se puede presentar un Balance de gestión, cuando en el mismo no existen las partidas del Pasivo? No puedo pensar que, en las disciplinas de Contabilidad, que cursara el presidente Sánchez en sus estudios, la indulgencia del calificador fuera tal, que pudieran aprobarse, sin conocer los conceptos fundamentales.

Dada mi extrañeza, he tratado con la mejor fe del mundo, de buscar razones suficientes para que el Balance fuera tan atípico. En esa búsqueda hubiera deseado tener competencias científicas, de las que carezco, que me permitieran adentrarme en la mente del ser humano, en busca de respuesta. Por ello, lo que pueda decir, queda sometido al mejor juicio de los especialistas.

En el fondo, acabo en un punto que concretaría en una autoestima complaciente y sobredimensionada, que le impide ver la realidad neutral.

Puedo comprender que, cuando alguien está convencido de haber perdido la credibilidad, enfatice sus presuntos logros de gobierno, olvidando los fracasos.

Aun así, me cuesta admitir que de las 22 personas que perciben sus haberes como ministros, ni uno, se permitiera aconsejar al presidente, que aquello que iba a presentar no podía considerarse un Balance.

¿O acaso está orgulloso de que la renta por cabeza del español medio esté estancada desde que comenzó a gobernar? Por todas las fuentes se ha informado a la opinión pública de que, España se aleja cada vez más de Europa, y las colas para recibir comida de caridad, en la Navidad pasada, han batido todos los récords

Las medidas anticrisis para 2024, no se las cree el Banco de España, y el Tribunal de Cuentas, recientemente, ha afirmado que no hay información para saber quiénes han recibido los recursos europeos.

La política internacional y la Presidencia de Turno del Consejo de Europa han resultado un verdadero fiasco, y la conflictividad entre españoles ha crecido hasta afectar a su propia coalición.

La explicación más elocuente del Balance, es la que encontramos en el Eclesiastés: "Vanidad de vanidades; todo vanidad" [Ecl. 1-2].