El Partido Popular ha presentado de la mano del diputado Miguel Tellado una enmienda a la totalidad de la proposición de ley de la amnistía que tal vez se haya quedado un poco corta, pero que contempla al menos la petición de responsabilidades para aquellos políticos que se pasen la Constitución por debajo del arco del triunfo. Entiéndase bien. La Constitución ya es papel mojado para la "mayoría progresista" de Sánchez y no hace falta pedir la opinión de los dirigentes de Bildu, ERC, el PNV y Junts, Sumar y demás para constatar que no están precisamente concernidos por el contenido de la Carta Magna. Es más, han avalado en las calles y en sus medios públicos la quema y destrucción de ejemplares de la Constitución. Pero, ojo, la libertad de expresión siempre por delante, salvo que el ejercicio de la misma les moleste a los dirigentes de los partidos sanchistas.

Sin embargo, lo de los herederos de ETA y lo de los golpistas catalanes no fue ni es que desprecien el sustento constitutivo de la democracia en España (considerada hasta los pactos de investidura de Sánchez una de las más avanzadas del mundo), sino otras cosas de mucho más calado. Por ejemplo, Puigdemont presidió un gobierno autonómico al que no se le ocurrió otra cosa que derogar la Constitución y de ahí para abajo y proclamar que casi ocho millones de ciudadanos de Cataluña, España, dejaban de ser ciudadanos españoles y de la Unión Europea para convertirse en indocumentados de la república catalana independiente de Narnia. ¿Una ensoñación? Para nada. Los bancos y las principales empresas catalanas se dieron el piro antes de la consumación del golpe de Estado.

En países con mucha mejor prensa sobre su poso democrático, la resolución de la asonada del 17 hubiera sido muy diferente y probablemente más dramática para los autores del golpe. Sin embargo en España prevalece una Constitución que es un libro abierto y que se fundamenta en un acto de reconciliación sincero y generoso, impecable. Un milagro que resistió incluso al terrorismo más feroz y sanguinario de Europa. En aplicación del artículo 155 de dicha Constitución, la situación en Cataluña dio un giro de 180 grados de un día para otro. Dos funcionarios, ¡sólo dos!, tomaron "al asalto" un "Palau de la Generalitat" en el que les recibieron solícitos Elsa Artadi, en ese momento mano derecha de Puigdemont, y Pere Aragonès, el actual "president". La escena merecería uno de esos momentos estelares de Zweig. Puigdemont en un maletero, el "general" Trapero declarando de paisano en la Audiencia Nacional y esas promesas de lucha, resistencia y victoria hechas fosfatina por la incomparecencia final de todos y cada uno de los que habían llamado a persistir. "¡Els carrers seran sempre nostres!" gritaban las masas a todas horas.

Eso fue el 155 de la Constitución, un simple artículo. A partir de ahí, la política en su peor sentido lo estropeó todo de la misma forma que la derrota policial y judicial de ETA se ha convertido en una victoria política de los asesinos y sus acólitos gracias al PSOE de Zapatero y Sánchez. La Pamplona de Otegui y Asirón les debe una rotonda.

Puigdemont es un prófugo de la Justicia que disfruta de un acta de eurodiputado en el Parlamento de Estrasburgo gracias a la Constitución. Hace un par de meses pidió al Gobierno que le pusieran guardaespaldas de los Mossos y se da por descontado que disfruta ya del servicio. Dispone además de una oficina oficial de la Generalidad como expresidente autonómico con personal público asignado a su cargo. En fin, que no es El Lute. Y todo ello gracias a la Constitución y a la monarquía parlamentaria del Reino de España. Ah, que hace siete años que pasa la Navidad fuera de casa. Cierto. También hay jueces, políticos y periodistas que no pueden pisar Cataluña o el País Vasco hace el mismo tiempo y mucho más.

Que se quieran cargar la Constitución, a los jueces, a la Familia Real y a todos los disidentes debería ser razón más que suficiente para poder apartarlos de la política para siempre. De modo que lo que plantea el PP es como de primero de democracia. Prohibidos los políticos y los partidos que atenten contra la libertad y la igualdad de los ciudadanos. Lástima que no se les hubiera ocurrido antes. La maquinaria de propaganda socialista ha deslizado el mismo día de la enmienda a la totalidad que un concejal del PP se vio con un concejal y un diputado autonómico de Puigdemont antes incluso de que el PSOE hubiera movido ficha en el preámbulo del primer pacto sobre la Mesa del Congreso. ¡Paren rotativas! Pero ya se sabía. La novedad es el nombre del hotel donde se produjo tal evento. Y solo con eso les vale. Quieren convencer a la gente de que el PP habría hecho lo mismo y que la alternativa a Otegui y Puigdemont es un gobierno del PP y Vox. Y funciona.

La enmienda a la totalidad del PP, eso que titulan algunos de prohibir los partidos independentistas y meter en la cárcel a Sánchez, es verdaderamente poca cosa. Aquí lo que habría que prohibir para empezar son las autonomías corruptas en manos de mafias separatistas y supremacistas. Pero lo más probable es que se prohíba a Vox y al PP a la que se despiste.

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La enmienda Tellado: antes prohibirán a Vox y al PP

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04.01.2024

El Partido Popular ha presentado de la mano del diputado Miguel Tellado una enmienda a la totalidad de la proposición de ley de la amnistía que tal vez se haya quedado un poco corta, pero que contempla al menos la petición de responsabilidades para aquellos políticos que se pasen la Constitución por debajo del arco del triunfo. Entiéndase bien. La Constitución ya es papel mojado para la "mayoría progresista" de Sánchez y no hace falta pedir la opinión de los dirigentes de Bildu, ERC, el PNV y Junts, Sumar y demás para constatar que no están precisamente concernidos por el contenido de la Carta Magna. Es más, han avalado en las calles y en sus medios públicos la quema y destrucción de ejemplares de la Constitución. Pero, ojo, la libertad de expresión siempre por delante, salvo que el ejercicio de la misma les moleste a los dirigentes de los partidos sanchistas.

Sin embargo, lo de los herederos de ETA y lo de los golpistas catalanes no fue ni es que desprecien el sustento constitutivo de la democracia en España (considerada hasta los pactos de investidura de Sánchez una de las más avanzadas del mundo), sino otras cosas de mucho más calado. Por ejemplo, Puigdemont presidió un gobierno autonómico al que no se le ocurrió otra cosa que derogar la Constitución y de ahí para abajo y........

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