La prófuga de ERC Marta Rovira ha asegurado este fin de semana que su partido y el PSOE ya negocian el referéndum de autodeterminación. Rovira, que es la secretaria general de la formación republicana, sostiene que superada la ley de amnistía, toca el referéndum, que es una de esas líneas rojas del PSOE como los indultos, la antedicha amnistía o pactar con los separatistas. De modo que ahí donde la portavoz socialista Esther Peña dice que la autodeterminación no está sobre la mesa todo el mundo entiende que socialistas y republicanos negocian un referéndum al igual que negocian un concierto a la vasca y la condonación de la deuda autonómica catalana.

Entre los socialistas y los independentistas hay tantas mesas de negociación que es inevitable que en varias de ellas se haya abordado el espinoso asunto de un referéndum pactado con el Estado, que es lo que exigen los separatistas a los socialistas. El PSOE tiene al menos dos mesas con ERC. Una entre el Gobierno y el Govern y otra propiamente de los partidos, que es donde según la señora Rovira ya se ha empezado a hablar de la segunda parte del pacto para hacer presidente a Sánchez. Pero el PSOE también tiene varias mesas abiertas con el partido del prófugo Puigdemont. En concreto, cuatro. A saber: una sobre la cesión de las competencias en inmigración, otra sobre la oficialidad del catalán en Europa, una tercera sobre financiación y la última, la del reconocimiento nacional de Cataluña, que es en la que se habla del referéndum según los posconvergentes.

A los efectos del estado de las negociaciones, la credibilidad del PSOE es cero. Se nota cada vez que un independentista deja caer aquello de que "también decían que la amnistía era imposible", cosa que sucede aproximadamente cada diez segundos. Y también se nota en que la mayoría de las reuniones se celebran fuera de España y bajo supervisión de unos "mediadores" internacionales cuya función es dotar de un supuesto aval democrático las cesiones que Sánchez está obligado a hacer a unos delincuentes, como es el caso de la amnistía, para mantenerse en el Gobierno. Una vez superado lo de conceder la impunidad a los golpistas, las líneas rojas son una expresión vacía de contenido para Sánchez y su PSOE.